¡Agárrate que vienen curvas!
Todos recordamos frases que nuestras madres cuando éramos pequeños nos repetían hasta la saciedad. Una de esas frases que aparece en mi cabeza de vez en cuando – como si ella estuviera ahí recordándomelo- es “despacito y con buena letra” ¡Ya me gustaría a mí!, pensaba esta primera semana de septiembre.
Ha sido comenzar y todo de un golpe. Nuevas secciones para el programa, sintonías renovadas, contertulios que se estrenan, colaboradores que proponen nuevos espacios … además de la vuelta al cole con libros, uniformes y ¡este año! ¡ay, este año!, además mascarillas, geles hidroalcohólicos, y protocolos de entrada, salida, patio, comedor… ¡no quiero ni pensarlo!
En los mercados todo iba a ser igual. Otra vez pendientes de los bancos centrales, de cómo y cuándo se reparten los 750.000 millones de euros del fondo de reconstrucción europeo, de la negociación de los Presupuestos del Estado, de la macro, la micro … ¡y golpe el jueves a última hora de la tarde! Si pensabas que el arranque de curso iba a ser suave, de menos a más ¡imposible!
El jueves por la noche saltaba el anuncio de fusión entre Caixabank y Bankia. Están en negociaciones, pero bastante avanzadas, porque Luis de Guindos insistió un día antes en la necesidad de una mayor concentración bancaria, porque ya se han comunicado las negociaciones a la CNMV y porque el Gobierno da su consentimiento. El mayor gran banco de España se está gestando, algo que la bolsa bendice, y que el mercado considera que es el arranque del baile de fusiones. “Quedarán tres grandes bancos”, me dicen los analistas financieros y “no pensemos que en ese baile solo estarán entidades de tamaño medio como Unicaja, Liberbank o Sabadell” ¡No bajes la guardia! ¡Los ritmos los marca la pandemia por un lado y por otro la premura por aprovechar la crisis y empezar a recomponer la economía, el sector financiero y también nuestra cartera! ¡A por el nuevo curso!