De ahorrador a inversor responsable: sin riesgo no hay premio

De ahorrador a inversor responsable: sin riesgo no hay premio

12 noviembre, 2019
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Actualizado: 12 noviembre, 2019 9:12
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¿Qué expectativas de rentabilidad debe tener el ahorrador a día de hoy? Temo decirle que la realidad duele, es más que dura.  El escenario lo llevo “cantando” en la radio desde hace ya largo tiempo:  entorno de bajos tipos de interés,  baja inflación, crecimiento moderado y digitalización de la economía … el ahorrador debe poner los pies en la tierra: imposible en este escenario a aspirar a ganar más de un 3% al  año con una volatilidad del 5%. ¿Duele? A mí, mucho y en principio me planteo el guardar mi dinero debajo del colchón. ¡Para esa raquítica rentabilidad no me compensa asumir riesgo! Me quedo en una cuenta corriente y, ¡que cambie el cielo, el universo o la galaxia: lo primero es dormir a pierna suelta!

Pero no es tan fácil. Para conseguir rentabilidad hay que asumir riesgo, pero para preservar el patrimonio irremediablemente también.  Me lo explicaba Ana Rivero de Santander AM, con un claro ejemplo.  Si en 2015 hubiera guardado 100.000 euros en una caja de zapatos, a día de hoy tendría 96.400. Por el camino la inflación habría devorado casi 4.000 euros ¡Qué barbaridad! La lección es evidente: el ahorrador debe dar un paso hacia ahorrador responsable: ningún producto ofrece rentabilidad sin riesgo.  La liquidez tiene un gran enemigo a batir: la inflación. 

El problema es que el ahorrador español viene de invertir en depósitos  -que a día de hoy ofrecen rentabilidades inferiores al  0,15%- y de invertir en ladrillo que  es ilíquido y que en los últimos años ha demostrado que también puede bajar de precio. El ahorrador debe tomar conciencia de la necesidad que tiene de modular sus expectativas –éstas deben ser realistas, alejadas de los mundos de yupi-   y debe buscar un buen asesor financiero.  Un profesional, formado, honesto,  que estudie su perfil de riesgo, que mida sus plazos de inversión, que sepa para qué quiere el dinero –la jubilación, la universidad de los hijos, una casa en la playa, unas rentas periódicas…  – un asesor que conozca las distintas herramientas para invertir y que sea además capaz de construir –no coleccionar- una cartera de activos que permitan preservar capital y obtener rentabilidad.

No estoy hablando para inversores con altos patrimonios. Todos tenemos que ahorrar/invertir para, al menos, preservar capital  y no perder la batalla de la inflación. ¿Asesores sólo patrimonios? No, rotundamente no. Eso era antes, ahora afortunadamente los bancos han lanzado numerosas plataformas de inversión/asesoramiento que están al alcance de todos los bolsillos. Y hay fintech que ofrecen también ese acceso a los mercados, a los productos de inversión, y al asesoramiento con independencia, bajos costes y sencillez. La clave? Ser un ahorrador responsable.

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