Hacienda somos todos

En los últimos datos de la OCDE, la presión fiscal en España ya supera de nuevo la media de los países más desarrollados. Aunque por la mínima crecemos por encima de ese umbral por primera vez desde 2007, es decir desde antes de la crisis y nos quedamos en el 34,4% de nuestro PIB. La frías cifras además nos colocan lejos de la fiscalidad medida en estos términos que sufren países como Francia y Alemania. Nosotros estamos muy por debajo.

Y eso es lo que siempre evocan los políticos para subirnos los impuestos. Que todavía hay margen para hacerlo. Pero vamos con las alegaciones. Habrá que preguntarse si la relación presión fiscal y PIB es la más adecuada. Porque entre los imponderables podemos encontrar un nivel elevado de fraude o una economía sumergida del calibre de la española, que la CEOE cifra en un 22% del PIB, nada menos que 200.000 millones de euros. Y entonces ponemos en tela de juicio que eso signifique una alta tributación.

De lo que sí tenemos certeza es de lo que nos cuenta el think tank Civismo cada año. Ahora disfrutamos hasta final del ejercicio de los días que trabajamos para nosotros ya que un 49% de 2019 lo hemos hecho para Hacienda. Así que va a ser verdad la frase que el Benjamín Franklin que vemos en los billete de 100 dólares escribió a Jean Baptiste Le Roy en 1782, “en este mundo no se puede estar seguro de nada salvo de la muerte y los impuestos”.