Orgullo de país, orgullo de barrio

Es de sobra conocido ese sentimiento antagonista a la grandeur francesa que tenemos los españoles. Sin embargo, este mes de octubre tenemos sobrados motivos para estar orgullosos de que la absoluta referencia del sur de Europa en materia de startup haya vuelto a ser un éxito.

Me refiero a la recién terminada edición de South Summit, que ha vuelto a ponernos en el mapa, miles de empresas, de inversores con 130.000 millones bajo su gestión, miles de compañías que han postulado a los concursos organizados para determinar los más brillantes proyectos en varias verticales y un ganador global.

Una edición en la que, además, ha quedado claro que el futuro será verde o no será, pero no solo eso, ha quedado claro que el cambio del modelo productivo tiene un eje vertebrador, el que se articula a través de la innovación y la disrupción que nos acercan unas compañías tan flexibles y tan ágiles, con la mente tan abierta, que son la mejor opción para operar la transición que ha de hacer la economía española.

Orgullo y admiración tras hablar largo y tendido en Myconomy Madrid Innova con el alma de South Summit, con María Benjumea, y orgullo, cómo no, de ver un barrio humilde, Villaverde, mi barrio, como centro neurálgico de la innovación y del emprendimiento, con lo más granado de la vieja y de la nueva economía, en un polo de actividad por el que el ayuntamiento de Madrid ha apostado de forma decidida, como demuestra que Villaverde sea el campo de pruebas de movilidad aérea más grande de Europa.