Otra vez los cortos
Diez años más tarde, las posiciones cortas sobre la banca vuelven a ser portada de las noticias financieras. Tras la sorprendente resolución del Banco Popular, la presión sobre la cotización de Liberbank (banco procedente de la fusión de varias cajas de ahorros capitaneada por Cajastur) ha llevado a la CNMV a prohibir las ventas en corto durante un mes.
Si alguien tenía dudas sobre la influencia de las posiciones cortas sobre la cotización del banco, el día posterior a su prohibición la acción se revalorizó un 41%. Aún así, su cotización seguía por debajo del nivel previo al día en que se decidió la resolución del Popular.
El problema, la falta de transparencia
Vender en corto implica vender una acción que no se posee. Para ello, es necesario pedir prestadas dichas acciones para poder entregarlas en la liquidación de la operación. El problema es la falta de transparencia de esta operativa. Poco se ha avanzado en este aspecto en estos diez años. No se sabe quién presta las acciones, en muchos casos incluso el titular de las acciones no es consciente de que el depositario las está prestando.
Este tipo de operativa de ventas en corto sobre valores bancarios se puso en entredicho tras la quiebra de Lehman y el desplome de las cotizaciones de los valores bancarios. En Europa fueron numerosas las prohibiciones temporales de este tipo de operativa. Lamentablemente, una década después la transparencia de esta operativa potencialmente tan dañina y perjudicial sigue brillando por su ausencia.