Pobres, dignos y cansados

Pobres, dignos y cansados

Rubén Gil
18 abril, 2021
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Actualizado: 18 abril, 2021 10:01
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¿Cuántas veces se habrán preguntado si económicamente vivimos mejor o peor que nuestros padres? Dejen de buscar la respuesta. La Fundación de Estudios de Economía Aplicadas (Fedea) y la fundación Iseak han llegado a la conclución de que en España las condiciones laborales (y por tanto económicas) de los jóvenes son cada vez peores.

Las últimas crisis que nos han azotado han provocado que los jóvenes tengan difícil trabajar con una tasa de paro juvenil que ronda el 40%, las más alta de toda Europa. Pero el 60% restante que ha tenido la suerte de lograr un empleo lo ha hecho cobrando hasta 40% menos de lo que se cobraba en 1980. Sí, han leído bien.

Esta situación de inestabilidad laboral y sueldos bajos, agravada por la crisis del coronavirus, ha provocado que másd de 200.000 jóvenes que ya se habían emancipado hayan tenido que compartir piso o directamente volverse a casa de sus padres. Con esos sueldos se hace difícil vivir fuera de casa y vivir solo.

En medio de esta situación en la que los jóvenes miran con incertidumbre su presente y su futuro, el Gobierno trabaja en una reforma de las pensiones y plantea incentivar a todos aquellos que quieran retrasar su edad de jubilación.

Cierto es que es necesario encontrar fórmulas para garantizar la financiación y la viabilidad de la Seguridad Social, pero en un país con 4 millones de parados y como decíamos un problema grave de paro juvenil, no tengo claro que la mejor fórmula sea que nos muramos trabajando. Dicen que el trabajo dignifica, pero también cansa.

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