Cambio de rumbo
El pasado mes de marzo, el Banco Central Europeo exigió a los bancos no remunerar a sus accionistas, ni con dividendos ni acciones para aumentar su capacidad de absorber pérdidas y apoyar la financiación de hogares, pequeñas, medianas y grandes empresas hasta finales de este año. Estando sobre la mesa la propuesta de mantener esta prohibición durante un año más, las autoridades europeas se inclinan sin embargo por no extenderla al conjunto del 2021, al menos no de forma general e incondicionada.
Al parecer, el BCE estaría estudiando la posibilidad de que los bancos con suficiente músculo financiero puedan volver a retribuir a sus accionistas. Algo que permitiría reanudar los pagos en efectivo y las recompras de acciones a aquellas entidades con suficientes colchones de capital para absorber las pérdidas crediticias provocadas por la pandemia.
Se espera que la institución haga pública la próxima semana la decisión final para revertir esta situación. Es cierto que en los últimos meses, la banca europea, incluida la española, ha redoblado la presión para que los supervisores permitan volver a remunerar a los inversores.
El BCE estima que la medida ha permitido retener unos 30.000 millones en los balances.
La decisión en plena pandemia tuvo cierta lógica. Pero ahora, el sector ha señalado los efectos negativos que ha tenido en la cotización bursátil y parece razonable que los reguladores europeos abran la puerta a que los accionistas recuperen la rentabilidad de sus participaciones, siempre con una salvedad no menos justificada: que no exista una recaída general que incremente el riesgo para la solidez del sector.
Seguro que 2021 traerá muchos cambios de rumbo.