Que no cunda el pánico

Aquí no ha pasado nada y no hay hay que buscar problemas donde no los hay. Así lo ve y lo siente el presidente de la FED, Jerome Powell que, puede que no tenga la garra de otros banqueros centrales como Draghi, Bernanke o Greenspan ni inventa frases ingeniosas para la posteridad, pero desde luego lo intenta. E intenta ganarse de paso el respeto de la comunidad inversora y no sólo por haber sabido y podido sobrevivir a Donald Trump.

Powell viene a decir que habrá más inflación en el segundo semestre -mas en EE.UU que en otras regiones – pero que será transitoria y que, desde luego, no hay ningún plan para retirar los estímulos y mucho menos para subir los tipos de interés. ¿ Se enfría el debate y aquí paz y allá gloria? Pues va a ser que no y me da en la nariz que vamos a pasarnos media primavera mareando la perdiz y buscando vías de escape que permitan, como con las vacunas, que todos puedan decir que han ganado. Tampoco está muy claro que se puede y no se puede esperar de la bolsa a partir de ahora. Si todo este chup-chup a fuego lento va a terminar por romper al alza ante el miedo a perdernos una oportunidad histórica o si es momento de aligerar las carteras porque se acumulan los canarios en la mina.

Claro, no está nunca, pero la liquidez quema en las manos de los inversores más inquietos y la idea de la recuperación y la reapertura económica se venden solas. A todos nos gustan las historias felices y si no cambias ahora tus REE por Amadeus, Melia o por IAG entonces es que eres tonto y no te gusta ganar dinero. Y entonces es cuando asumimos el riesgo. ¿Convencidos por completo del cambio? Esa duda se resuelve de forma inmediata. En el primer día. Si ese día la acción sube hemos acertado y al revés, si baja entonces es que hemos metido la pata hasta el fondo. Estamos asistiendo a un buen momento para los traders de la bolsa, mucha volatilidad y multitud de activos y noticias para invertir a corto plazo pero en la bolsa 2 + 2 nunca son 4.