Qué va a decir Pedro Sánchez

Fue él quien decidió nombrarle como ministro de Sanidad en sustitución de María Luisa Carcedo el 10 de enero de 2020. Salvador Illa, que hasta entonces ocupaba la Gerencia de Empresa, Cultura e Innovación del Ayuntamiento de Barcelona, hizo las maletas y se vino a Madrid para ocuparse de la cartera dedicada a la promoción de la salud y la asistencia sanitaria. Tomó posesión del cargo el 13 de enero de 2020… y apenas ha durado un año en el Ministerio, porque el pasado 26 de enero presentaba su dimisión para encabezar la lista del PSC en las elecciones catalanas del 14F.

A Sánchez le interesa ahora más colocar a Illa en la Generalitat que seguir en Sanidad afrontando la tercera ola de la pandemia, después de que las últimas encuestas hablen de un triple empate entre ERC, Junts y el PSC. Antes de mandarle de nuevo a Barcelona, el presidente del gobierno dijo de él que había sido un ministro “extraordinario”… pero claro qué va a decir Sánchez. No voy a entrar en valoraciones de cómo lo ha hecho, si bien, mal o regular.. me imagino que ustedes tendrán su propia opinión. Las cifras están ahí… y son verdaderamente terribles.

Pero ni siquiera en sus peores sueños Illa podía imaginarse que poquito después de llegar al Ministerio se iba a topar de bruces con una crisis sanitaria sin precedentes. Si les preguntan a los profesionales sanitarios, su valoración ya no es tan buena porque consideran que ha tenido un perfil más político que técnico y que debería haber hecho más. Su sucesora, Carolina Darias, tampoco puede presumir de tener una experiencia específica en la gestión sanitaria pero ya llevamos muchos años comprobando que los currículum no hacen a un buen ministro.

Para muchos, Illa y Darias son lo mismo y lo que está en juego es ver si Sanidad se sigue apuntando el tanto de la campaña de vacunación y si las CC.AA. solo se dedican a imponer restricciones y a ser las “malas” de una película que todavía, me temo, no tiene THE END.