Son las restricciones, estúpido

Queda apenas una semana para que decaiga el estado alarma. Si no hay sorpresa durante esta semana, a partir del 9 de mayo recuperaremos parte de la vida que teníamos y que perdimos hace nada más y nada menos que seis meses.

Podremos entre otras cosas volver a movernos libremente por toda España, algo que hasta ahora solo parecía reservado a los que venían de fuera. Podremos regresar a nuestras segundas residencias, visitar nuestros pueblos y a nuestros familiares y amigos, y hacer ese viaje que tanto tiempo llevamos esperando.

Lo que para algunos presidentes autonómicos parece una mala noticia, supone un balón de oxígeno para muchos negocios que viven por y para el turismo. Nuestra economía, tan dependiente del sector servicios, necesita poner fin de una vez por todas a las restricciones. Sin embargo, aún sin estado de alarma, las Comunidades Autónomas podrán seguir obligando a los comercios y a la hostelería a cerrar antes de tiempo y marcarles cuál debe ser su aforo y por tanto su nivel de actividad.

Los datos del primer trimestre demuestran que la economía española siguen agonizando por culpa de unas medidas a veces inútiles para luchar contra el virus. Durante los tres primeros meses del año se han destruido en España 137.000 puestos de trabajo y el PIB ha vuelto a terreno negativo con una contracción de 4 décimas. Hasta una potencia como Alemania ha pagado la factura de sus cierres frente a la pandemia con una contracción del 1,7%.

Con el verano a la vuelta de la esquina y el mes de junio marcado en rojo en el calendario como la fecha en la volverán los turistas internacionales, deberíamos aprovechar  mayo para ir poniendo a punto nuestra desescalada. Sirva como espejo la Comunidad de Madrid que con medidas más laxas, restaurantes y centros comerciales abiertos, y horarios más amplios no ha tenido peores datos sanitarios que otros territorios como el País Vasco y al mismo tiempo ha conseguido sortear mejor la crisis creando empleo durante el primer trimestre. Porque no olvidemos algo importante: por mucho que nos quieran contar son las restricciones y no el coronavirus las que han doblegado a la economía.