Tipos negativos o pagar por prestar

Tipos negativos o pagar por prestar

22 diciembre, 2016
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Actualizado: 22 diciembre, 2016 19:17
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Definición de Préstamo en el diccionario de la RAE: cantidad de dinero que se solicita, generalmente a una institución financiera, con la obligación de devolverlo con un interés.
Cuando un inversor compra un bono en el momento de su emisión está prestando dinero al emisor. Hasta ahora, el inversor recibía un interés periódico como retribución a dicho préstamo. Actualmente, cada vez son más los estados que emiten a tipos negativos. En Alemania los bonos soberanos a 2 años ofrecen una rentabilidad negativa del 0,7%. En España el Tesoro ha colocado Letras a tipos negativos: cobra por pedir prestado.
La pregunta clave actualmente es quién y por qué motivo está dispuesto a pagar por prestar dinero a un tercero mediante la compra de un bono con tipo de interés cero o incluso negativo. Las respuestas pueden ser múltiples.
– Tener que pagar por comprar bonos de elevada calidad crediticia es el precio que hay que pagar por tener una supuesta “máxima seguridad”. El bono alemán está considerado el activo sin riesgo en euros. Su rentabilidad negativa es el coste que hay que pagar por no asumir el riesgo inherente al resto de activos. Hasta ahora la rentabilidad sin riesgo siempre había sido positiva. Ahora la rentabilidad sin riesgo tiene un coste real. Es decir, no asumir riesgo cuesta dinero. Equivaldría a pagar por tener a buen recaudo el dinero, con la convicción de que el emisor lo devolverá al vencimiento del bono, mientras que cualquier otra opción implica más riesgo. Sin duda, conceptualmente pagar por prestar dinero es difícil de asimilar.
– Son numerosos los inversores institucionales que están obligados a invertir en una gama de activos restringida y con la máxima calidad crediticia. Por tanto, se ven obligados a invertir en bonos soberanos aunque su rentabilidad sea negativa. Algunas compañías de seguros multinacionales tienen tal restricción en sus políticas de inversión, invirtiendo sólo en activos de máxima calidad crediticia (AAA o AA) y unos niveles de diversificación obligatorios, que les empuja a acabar invirtiendo en bonos con rentabilidad negativa.
– Ante el ingente volumen de compra de bonos soberanos por parte del BCE desde marzo pasado, muy por encima del volumen de emisión neta de bonos soberanos de países como Alemania, Francia, Italia o Portugal, los precios de dichos bonos se han disparado, y las rentabilidades se han hundido. El BCE ha anunciado en su última reunión que no tiene límite de rentabilidad negativa para adquirir bonos. Por ello, quien compre ahora bonos, incluso con tipo de interés ofrecido negativo, podrá obtener una rentabilidad positiva si los vende en el mercado secundario cuando los tipos, eventualmente, hayan bajado todavía más, porque significaría que su precio habrá subido.
La entrada en escena del BCE desde marzo de 2015 como comprador de elevadas cantidades de bonos soberanos, y corporativos ha supuesto una sobre demanda de este tipo de activos que inevitablemente ha alterado los precios y los tipos de interés de los bonos,
La duración de esta situación de tipos negativos se prolongará mientras los bancos centrales sigan actuando como lo están haciendo actualmente. Las nocivas consecuencias de esta situación anómala de pagar por prestar para el conjunto del sistema financiero, incluidos
bancos, compañías de seguros, mutuas, fondos de pensiones, fondos de inversión e inversores en general, están todavía por determinarse. Inevitablemente, los efectos se trasladaran a los accionistas, asegurados, pensionistas e inversores involucrados con las entidades mencionadas.

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