Tranquilidad

Tranquilidad

07 febrero, 2018
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Actualizado: 07 febrero, 2018 11:00
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Es sorprendente lo asimétrica que es la información sobre la evolución de las bolsas. Todos los récords históricos logrados por los índices norteamericanos, hasta hace una semana, han pasado bastante desapercibidos: más de 70 máximos históricos en un año; trece meses consecutivos de subidas ininterrumpidas; el mayor número de sesiones en la historia sin una corrección del 5%. Ninguno de estos datos ha acaparado tanta atención mediática como el brusco retroceso de las bolsas americanas del lunes.

Una caída de 1.600 puntos en el Dow Jones, la mayor en la historia en puntos, inevitablemente es noticia, pero quizás con unos tintes exagerados. Intentar buscar un detonante que haya provocado el inicio de estos descensos y la ruptura de una tendencia que algunos consideraban sin fin, es fácil pero irrealista. En verdad nada sustancial ha cambiado respecto a hace 48 horas. Se puede achacar el descenso al dato de alza de los salarios de enero mayor de lo previsto, o al repunte de los tipos de interés de los bonos americanos, pero no deja de ser una excusa.

Por la velocidad de la caída de las cotizaciones en Wall Street, 1.600 puntos del Dow Jones en apenas 20 minutos, se puede hablar de un “flash crash” que recuerda al acontecido en mayo de 2010. Entonces el índice cayó 1.000 puntos en menos de media hora, que el aquel momento supuso un 6,3% de descenso. Estas caídas tan rápidas son achacadas a sistemas automáticos de negociación de alta frecuencia (HFT) que en casos de caídas provocan una concatenación de órdenes de venta y retiradas de órdenes de compra que derrumba las cotizaciones. Aunque tras el episodio de mayo de 2010 se tomaron algunas medidas técnicas para prevenir que volviera a suceder, está claro que no han sido suficientes.

 

La caída apenas devuelve al Dow Jones al nivel en el que se encontraba a principios de diciembre pasado. En ningún caso es una tragedia. Es un magnífico recordatorio del riesgo inherente a la inversión en renta variable. Aunque en todo 2017 las caídas del mercado hayan sido mínimas, inferiores al 4% y al 3% en el Eurostoxx y el S&P respectivamente, lo normal es asistir a caídas de cotizaciones dentro del ejercicio del 10%, aunque el resultado global en el conjunto del año sea positivo.

La volatilidad ha vuelto al mercado. Lo anómalo era su ausencia durante tanto tiempo. Nada ha cambiado desde el punto de vista fundamental desde hace una semana. El crecimiento mundial sigue siendo robusto y los resultados empresariales también. La caída de los mercados es un recordatorio de la existencia de riesgos que han sido minusvalorados durante demasiado tiempo.

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