Contando votos y contando contagios
El mismo día que los estadounidenses acudieron a las urnas para elegir a su presidente, el número de nuevos casos de coronavirus en el país superaba los 90.000. Si bien el resultado de las elecciones sigue siendo incierto, lo que está claro es que muchas más personas se infectarán en los próximos meses.
Los analistas de Morgan Stanley han reconocido que el aumento de contagios en Estados Unidos este otoño ha superado sus peores escenarios. La rápida expansión de la Covid-19 podría forzar medidas más estrictas para contener la propagación de la enfermedad, según señala el banco de inversión. La situación sanitaria se presenta especialmente complicada en los estados del Medio Oeste que ayudaron a impulsar a Donald Trump a la presidencia en 2016.
Wisconsin registró el tercer mayor número de casos en Estados Unidos la semana pasada, solo por detrás de las dos Dakotas, según el. Y la media de contagios de siete días registraban récord en Iowa y Michigan antes del día de las elecciones. Trump ha ganado dos estados clave donde las hospitalizaciones por Covid-19 estuvieron entre las más altas de Estados Unidos en los últimos días: Florida y Ohio. Junto a estos dos, Michigan (con resultado incierto), también ha visto un incremento de más del 10% en contagios desde el 30 de octubre. Esto sugiere que el recrudecimiento de la pandemia durante la campaña electoral ha hecho menos mella de lo esperado en el bando republicano.
Quienquiera que gane la presidencia, a Estados Unidos le esperan tiempos oscuros en los próximos meses. El punto álgido de la curva de contagios podría llegar alrededor del Día de la Inauguración en enero, según los expertos sanitarios. A medida que avanza el recuento de votos en Estados Unidos también lo hace el número de casos, hospitalizaciones y fallecimientos por Covid-19. Las elecciones tienen consecuencias pero más a largo plazo que un virus que avanza implacable.