El misterio que rodea la salud de Kim Jong expone una profunda incertidumbre sobre la línea sucesoria en Corea del Norte, ocho años después de que tomara el poder.

La familia Kim ha liderado el régimen dictatorial del país durante siete décadas al pasar el poder entre herederos varones como en otras dinastías, pero Kim, de 36 años, no ha nombrado a su sucesor. Sus propios hijos aún son jóvenes y los adultos sobrevivientes de la familia gobernante enfrentan barreras en su ascenso.

Su hermana Kim Yo Jong se perfila como la candidata favorita. Actualmente ejerce funciones de representante real y de asistente personal, y se la considera como su mano derecha. A principios de este mes, fue readmitida como miembro del Politburó del Partido de los Trabajadores de Corea. Como tal, es el único otro miembro de la familia Kim con peso real en el régimen. Se convirtió en el primer miembro de la familia gobernante en visitar Seúl y acompañó a Kim Jong Un en sus cumbres con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y de China, Xi Jinping.

Pero no está claro que la élite patriarcal de Corea del Norte apoye a una mujer relativamente joven como el próximo «líder supremo» del país y con el botón nuclear al alcance de su mano. La administración Trump busca más detalles sobre la salud de Kim Jong Un. Según Washington el líder norcoreano está en estado muy grave tras someterse a una operación de corazón la semana pasada, debido a su adicción al tabaco y al sobrepeso, y que le ha impedido asistir a algunas de las celebraciones más importantes del país. Pero Corea del Sur dice que Kim sigue llevando una vida normal. El hermetismo del régimen y las versiones contradictorias de Estados Unidos y Corea del Sur provocaron una caída del 3% en el índice Kospi de la bolsa de Seúl.