‘Make America Great’ 2.0
“Haz América grande otra vez”. Sí, otra vez. El presidente Donald Trump ha reiniciado su eslogan de 2016 en un intento por reenfocar la atención en lo que su campaña prevé que sea un mundo pos-coronavirus de color de rosa. No será fácil.
A menos de seis meses de las elecciones presidenciales, las encuestas muestran que los estadounidenses mayoritariamente no aprueban la gestión de Trump al frente de la crisis sanitaria, que ha paralizado la economía y que ha dejado en papel mojado su argumento central para un segundo mandato. Según el promedio de sondeos de RealClearPolitics, Trump se sitúa ahora por detrás de su rival demócrata, el ex vicepresidente Joe Biden, con 5,3 puntos porcentuales de desventaja. De ahí los esfuerzos del equipo Trump para replantear su campaña.
El republicano comenzó la semana con un acto virtual en un lugar cargado de simbolismo: el monumento a Abraham Lincoln, en el National Mall de Washington. Casi simultáneamente lanzaba un vídeo de campaña con imágenes de trabajadores sanitarios dándole las gracias y animándole, o el discurso del Estado de la Unión hablando sobre “salvaguardar a nuestros ciudadanos”, o mostrando a los gobernadores demócratas Andrew Cuomo de Nueva York y Gavin Newsom de California elogiando las medidas que tomó para ayudar a los estados a obtener los equipos médicos necesarios para combatir el coronavirus. “Construimos la economía más grande que el mundo jamás haya visto y vamos a hacerlo de nuevo», promete Trump.
Mismo tipo de mensajes un día después en su visita a una fábrica de Arizona, un estado clave que se convertirá en un campo de batalla electoral. El 3 de noviembre aún está muy lejos en el calendario político. Pero con una cifra de fallecidos de casi 70.000 en Estados Unidos, hasta el momento, y la destrucción vertiginosa de empleos, las elecciones seguramente dependerán de la confianza de los votantes en la capacidad de Trump para manejar una crisis de salud pública y liderar una recuperación económica. Y el lema de campaña que funcionó hace cuatro años será ahora más difícil de venderlo desde la Casa Blanca.