Prohibido hablar de economía

Del mismo modo que cada uno sabe donde le aprieta el zapato, el Gobierno es consciente de sus debilidades y de qué temas no le conviene hablar. Por eso la estrategia dictada por Iván Redondo consiste en refugiarse en los temas sociales para huir de la economía.

Lo vimos cuando la exhumación de Franco tapó el peor trimestre para el empleo desde 2012, y lo hemos vuelto a ver esta semana cuando el debate sobre la eutanasia ha dejado en un segundo plano el cuadro macroeconómico que rebaja la previsión de crecimiento y de empleo para este año.

Hablemos del pin parental para no hacerlo de los malos datos de vivienda. Hablemos de los colegios concertados para no hablar de que hoy quiebran más empresas que hace cinco años. Y si hablamos de economía que sea sin molestar a nadie y de paso intentando rascar algún voto con temas “amables” como la subida del SMI o de las pensiones.

Es la agenda que nos intenta imponer este Gobierno que mientras habla de los muertos no quiere que veamos cómo la economía va camino del cementerio.