¿Usted cuánto quiere cobrar?

¿Se imagina que un día su jefe le llama al despacho y le hace esta pregunta? No, no es ciencia ficción. En muchas empresas es ya una realidad… y parece que con buenos resultados.

Investigadores de la Universidad de California llegaron a la conclusión de que cuando un trabajador fija su salario en lugar de que lo haga la empresa, la productividad de ese trabajador aumenta en un 75%. El motivo no es otro que el empleado siente como aumenta su responsabilidad dentro de la compañía. Es decir, se siente responsable de ese salario y se ve en la obligación de justificarlo con más y mejor trabajo.

Eso dice la teoría. ¿Pero qué pasa en la práctica? Un ejemplo lo tenemos en la empresa británica Smarkets, pionera en permitir que sus trabajadores decidieran cuanto querían cobrar. Pero esta compañía va un paso más allá y una vez que el trabajador elige su salario, luego sus compañeros votan si es o no merecido. Su CEO da fe de los resultados. Asegura que el proceso tiene complicaciones pero que a la larga mejora los resultados y aumenta la motivación y el compromiso de los empleados.

Sin embargo y a pesar del aparente éxito de la medida en ésta y algunas otras compañías que la han puesto en práctica, el método presenta algunas dudas. ¿El método vale para todas las empresas y para todos los trabajadores? ¿Se imagina a su compañero de departamento votando su sueldo y sabiendo lo que usted cobra? Además, ¿hasta cuánto dura ese efecto multiplicador del compromiso gracias al sueldo? Ya saben lo que dicen los expertos en RRHH: el efecto positivo de una subida salarial se pierde a partir de la segunda nómina. Y convendrán conmigo que no queda muy bien estar subiéndonos a nosotros mismo el sueldo cada dos meses por muy productivos que seamos. ¿O sí?

Por si acaso y como dicen que el mundo está cambiando y con él las empresas, hágame caso y por si un día su jefe le llama y se lo pregunta, tenga pensada una respuesta. ¿Usted cuánto quiere ganar?