El metal precioso más exótico
Para muchos tiene una belleza equiparable al diamante. Su escasez y costes de obtención le otorgan un valor potencial incalculable tanto que no es un activo de inversión apto para todos los bolsillos. Hablamos del osmio, el metal más escaso que cada vez se usa más en joyería y como alternativa de inversión. “Es un activo pensando para el muy largo plazo, una reserva de valor incluso para tus nietos”, afirma Javier López, CEO de SilverGold Patrimonio, quien explica que su apariencia y cualidades se asemejan a un diamante y se usa como catalizador de otro tipo de metales. Desde la comercializadora de metales de inversión apuntan que pertenece al subgrupo de metales industriales, por lo que es un activo con mucha mayor volatilidad que el oro o la plata, por lo que no es recomendable para aquellos ahorradores que quieran comenzar a invertir en metales preciosos.