El Ártico está experimentando un cambio alarmante debido al calentamiento global, lo que ha reducido drásticamente su capa de hielo. Diferentes estudios indican que, antes de 2050, el Ártico podría quedar libre de hielo durante los meses de verano, lo que impactará la navegación y abrirá nuevas rutas marítimas. A pesar de los peligros medioambientales, en la región se ve como una oportunidad económica, atrayendo el interés de potencias como Rusia y China, que buscan aprovechar sus recursos naturales y nuevas vías comerciales.