Cebrián, presidente de El País: ‘Sin la prensa capitalista, no hay libertad de expresión’

Cebrián, presidente de El País: ‘Sin la prensa capitalista, no hay libertad de expresión’

27 abril, 2018
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Actualizado: 27 abril, 2018 19:00
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El presidente de El País, Juan Luis Cebrián, ha advertido hoy de que si la prensa capitalista dejara de existir también desaparecería la libertad informativa, aunque, en su opinión, eso no justifica que «los buitres del capital financiero tengan que controlarla».

Cebrián se ha pronunciado así durante la clausura de la cuarta edición del Congreso de Periodismo Cultural, celebrado en Santander, donde ha reivindicado la importancia de los medios de comunicación privados.

El presidente de El País ha situado la influencia de los principales anunciantes como uno de «los primeros enemigos de la prensa», un grupo en el que también ha incluido a los gobiernos, los poderes sindicales o la propia creencia personal del periodista.

En su intervención se ha referido a las «fakes news» (noticias falsas) y ha dicho que algunos medios públicos, como TV3 y Televisión Española, las publican «todos los días», una situación de la que no culpa a los periodistas, sino a sus dirigentes.

Por otro lado, el presidente de El País ha señalado que los datos constituyen «una nueva riqueza depositada gratuitamente» por los usuarios en las redes sociales y en las compañías de telecomunicaciones.

«Las compañías de teléfono (…) son compañías de datos. Telefónica de España sabe hoy de nosotros más que nosotros mismos», ha avisado Cebrián, quien agrega que un móvil contiene hoy más conocimientos e inteligencia que el que «ha desarrollado el mundo en los últimos 4.000 años»

Por ello, considera que la democracia representativa «está amenazada», ya que esos datos se utilizan para influir en campañas electorales como sucedió, ha precisado, en las americanas o las catalanas.

Cebrián ve un proceso «imparable» en la evolución de las tecnologías, que, a su juicio, provoca que la legislación intente abordar asuntos que ya están «obsoletos».

Según el presidente de El País, esto configura un panorama «crecientemente confuso» y que genera muchas preguntas para las que «nadie» tiene respuestas.

Sobre el linchamiento que se produce en las redes sociales y su influencia, que es el tema central del congreso de Santander, ha indicado que la tarea «más difícil» la tienen los tribunales, porque en esas plataformas digitales se produce un «aluvión de pasiones» que se vuelcan en las redes, a su vez imitado por los medios tradicionales.

«Como yo he sido un objeto de linchamiento, y lo sigo siendo permanentemente, es un tema que me interesa aunque sólo sea por no morir ahorcado por las turbas», ha apostillado.

Deja la presidencia de El País en mayo

El presidente de El País, Juan Luis Cebrián, dejará el próximo 21 de mayo todos sus cargos en Prisa y pasará a ser presidente de honor del periódico, ha informado hoy el grupo en una nota de prensa.

«Su salida, sin duda, supone un impacto para esta compañía, en la que Cebrián seguirá siendo siempre un punto de referencia y fuente de inspiración ante los nuevos retos que toque afrontar», reconoce Prisa, que informa de que seguirá escribiendo en el periódico y colaborará con la empresa.

El abandono de su cargo al frente de El País se produce apenas cinco meses después de que el consejo de administración diera el visto bueno a su salida como presidente de Prisa y la entrada de Manuel Polanco en su lugar.

En diciembre de 2017, el consejo de Prisa decidió que Cebrián sería presidente de El País y del comité editorial del grupo durante dos años, algo que no ha llegado a término.

La carrera de Cebrián está ineludiblemente ligada a la historia de El País: fue uno de sus fundadores en 1976 y dirigió el periódico desde su llegada a los quioscos hasta 1988, cuando ascendió a consejero delegado de Prisa, empresa editora del diario, de cuyo consejo de administración era miembro desde junio de 1983. Los mejores años del Grupo coinciden con Felipez González en el poder, entre 1982 y 1996, donde el diario de El País fue conocido como el ‘BOE’ y su dueño, como ‘Jesús del Gran Poder’. Su declive comenzó con la llegada del PP de Aznar en 1996 y se acetuó con Zapatero, que decidió cuando ganó las elecciones en 2004 apoyarse en el independentista Jaume Roures, que pro aquel entonces puso en marcha La Sexta y el periódico público, dos negocios ruinosos bajo su gestión. La cadena de televisión terminó en manos de Atresmedia y el periódico cerró.

En 2012, cuando el rotativo realizó un expediente de regulación de empleo (ERE) que supuso la salida de 129 trabajadores, alcanzó la cima del grupo empresarial al ser designado presidente ejecutivo de Prisa.

Una posición a la que renunció el pasado 15 de noviembre, cuando anunciaba en la junta extraordinaria de accionistas que se trataba de una marcha voluntaria y deseada.

Cebrián vivió su época dorada al frente de Prisa con Felipe González y el apoyo del PSOE y su declive cuando Zapatero decidió apostar por la Sexta y Roures

«Llevo 55 años en el periodismo activo, y en el periodismo activo, como en el mundo académico, no hay años sabáticos. Y creo que todos tenemos derecho al descanso y a disfrutar de la familia y, sobre todo, tienen derecho las nuevas generaciones a reemplazarnos porque saben más, están mejor formadas, son más capaces y duermen mejor», ha subrayado hoy Cebrián en el Congreso de Periodismo Cultural, que tiene lugar en Santander.

Durante casi 30 años, el hombre fuerte del grupo que fundó Jesús Polanco ha vivido los mejores tiempos del grupo Prisa, aunque desde que se lanzara a comprar Sogecable en 2007, operación que financió con un crédito de más de 4.000 millones de euros, se sucedieron los problemas financieros.

Para hacer frente a la deuda, Prisa ha tenido que deshacerse de distintos activos, como Digital +, la editorial Alfaguara o la cadena de televisión Cuatro.

Tras la salida de Cebrián y la llegada de Manuel Polanco, la empresa ha realizado una ampliación de capital de 563 millones de euros para refinanciar su deuda (450 millones) e invertir en el desarrollo de las unidades de negocio, fundamentalmente del área educativa (113 millones).

«Superados los momentos más difíciles de la compañía, culmina un proceso de sucesión que él mismo puso en marcha en abril de 2016 y pone fin a sus obligaciones empresariales de los últimos años para dedicar más tiempo a lo que ha sido siempre la pasión de su vida: el periodismo y la escritura», concluye Prisa.

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