Las consecuencias del programa del PSOE a base de subidas de impuestos

Las consecuencias del programa del PSOE a base de subidas de impuestos

12 febrero, 2016
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Actualizado: 12 febrero, 2016 0:00
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El programa presentado esta semana por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, a los partidos con los que negocia -el PP se enteró por la prensa- contiene grandes promesas, pero ni un solo detalle de cómo va a cumplirlas. ‘reducir el paro a la mitad en la legislatura’, «nuevo Estatuto de los Trabajadores’, ‘negociaciones con Bruselas para flexibilizar el objetivo de déficit’ y ‘empleo’, tanto trabajo trufado de medidas incompletas, sin dilucidar detalles. Tal es el texto que hasta los socialistas catalanes lo tachan de «suficientemente ambiguo» para contentar a todos, especialmente a Podemos, Ciudadanos y PNV. Ni que decir tiene que el parecido con el programa del PSOE es cuanto menos sospechoso de plagio, con una tijera por allí y otra por
aquí.

De hecho, el PSOE no presenta nada nuevo. Lo dijo el propio Sánchez en campaña y lo reiteraba en los debates. Más impuestos, más ingresos para el Estado y así poder engrosar más aún el extenso pago a la legión de funcionarios de España. Alguna de las propuestas sorprenden por su visión más radical del socialismo: crear puestos de trabajo a base de subvencionarlos con el
dinero de todos o que el parado proponga su negocio, que luego Papá Estado abonará. Pese a que la idea parecería revolucionaria, lo cierto es que ya lo hizo Zapatero con sus 8.000 millones de euros dilapidados en el ‘Plan E’, que en algunos casos llegaba a costar más la valla publicitaria de la obra que el trabajo en cuestión.

El nuevo plan del PSOE costará tres veces el rescate de Bankia, o quintuplica el dinero pagado por el contribuyente a CaixaCatalunya. Un dinero que ahora está en manos de familias y empresas y que pasará a manos públicas mediante un aumento, otro más, de la presión fiscal. No se contempla una reducción del gasto, una medida de sentido común ante la caída de ingresos. No, el PSOE prefiere aplicar sus leyes económicas basadas en comprimir aún más a quienes de verdad se juegan su dinero y crean puestos de trabajo: los empresarios.

El montante alcanzaría los 60.000 millones de euros, con una subida de la cuota de los autonómos hasta los 440 euros, desde los 267 euros actuales, es decir, un 80% más para un trabajador por cuenta propia con unos ingresos de 1.500 euros mensuales.

EMPLEO A COSTA DEL CONTRIBUYENTE

Si hay algo que ha repetido reiteradamente el PSOE en sus años de Gobierno es caer no una ni dos ni tres sino siempre en el mismo error. Incremento de gasto, más deuda, más impuestos. Bases de un modelo económico que ha tenido las mismas consecuencias: más paro y más cierre de empresas. El ideario socialista se basa en subvencionar y mantener a todos bajo el paraguas del Estado. Ya lo advertía Ronald Reagan: «La visión del Gobierno sobre la economía se podría resumir en unas pocas frases cortas: si se mueve, ponle impuestos; si se sigue moviendo, regúlalo. Y si deja de moverse, subsídialo».

La propuesta de Sánchez se basa en puntos fundamentales como ser el origen inicial de la creación de empleo, dejando a los creadores de puestos de trabajo en un segundo plano. De hecho, el líder del PSOE en vez de aliviar a las empresas les someterá a un nuevo castigo fiscal, con eliminación de deducciones y reducciones para que paguen realmente el porcentaje estipulado en el Impuesto de Sociedades. Así, las grandes empresas tendrán que soportar un 25% efectivo este 2016, cuando actualmente se sitúan en el 18,75% real. Para las pymes, se abonará otro 25%, pero podrán reducirlo en un 10%, con un límite de un millón de euros, siempre y cuando se creeara la «reserva de nivelación». Así, las pymes pagarían un 22,5% efectivo.

Para el PSOE este último porcentaje es poco, por lo que quiere ingresar 25 de cada 100 euros del beneficio generado en España por las empresas. Según expertos consultados por NEGOCIOS.COM, «esta medida es incompatible con la creación de empleo. Se merma a las empresas». Pero el PSOE tiene un ‘as’ bajo la manga. Con el incremento de la recaudación esperan recabar lo suficiente como para poder subvencionar puestos de trabajo. Sánchez ha llegado a proponer que sean los parados quienes propongan su propio empleo, pagado con el dinero de los contribuyentes durante al menos seis meses.

Nada habla el PSOE sobre si el nuevo puesto es productivo, o no aporta riqueza. Tampoco señala el montante de cada puesto de trabajo, ni de qué sueldos se están barajando. Detalles, ni uno. Eso sí, la frase del texto es cuanto menos un alegato a que el Estado te dará lo que pides, aunque sea por tiempo limitado. Los empleos irán destinados a los parados de larga duración, 700.000 personas que llevan más de dos años sin trabajar. El PSOE los define como «empleos de transición». Para financiarlos, el PSOE eliminará bonificaciones a la contratación y de recursos adicionales de los PGE, para lo que necesita una mayoría parlamentaria de la que ahora carece. Al tiempo que suprime las bonificaciones actuales, creará otras para estos colectivos más vulnerables, al tiempo que implementará un plan para recolocar a despedidos.

En su plan para derogar la reforma laboral, quitará la exención de cotizar por los primeros 500 euros para los nuevos contratos fijos, ya que, a su juicio, la Seguridad Social pierde ingresos. No obstante, los gana por las cotizaciones del trabajador, mientras que no es así en caso de tener que subvencionarlos. Para los mayores de 45 años, se abonará una subvención del 100% de las cotizaciones a la empresa durante los primeros 12 meses y del 50% el segundo año. Para los de 52 años, recuperará el subsidio, cuyo montante será del 125% de la base mínima de cotización, prorrogable hasta encontrar un nuevo empleo.

BAJAR LA TASA DE PARO AL 10%

La promesa: reducir la tasa de paro a la mitad en cuatro años. Pasar así del 20% al 10%, un nivel que situaría a España cerca de la media europea. La misma intención tuvo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con el ‘Plan E’, 8.000 millones de euros dilapidados por el despilfarro. Como muestra un botón, en el soriano municipio de Aldehuela de Periáñez, con 47 habitantes de, el Gobierno socialista aprobó 1.392 euros para instalar un cubrecontenedor. La valla para anunciar la obra costaba cerca de 2.000 euros. Todo para crear un solo puesto de trabajo.

SUBIDAS DE IMPUESTOS

No hay Gobierno socialista que no se precie si no sube impuestos. Para ello, modificará de nuevo la tributación por IRPF, bajo el consenso de una comisión de expertos, que estudie y presente una propuesta concreta al Gobierno. Así, el PSOE se lava las manos ante un incremento de la presión fiscal, lo dicen los expertos y así se hace. Además, instaurará el mínimo exigible para el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, pese a ser competencia de las Comunidades Autónomas. Esta nueva invasión choca con el modelo federalista -borrado del documento-, que permite más descentralización del Estado, pese a que España es de facto un modelo muy parecido.

Para engrosar los impuestos y tras la supresión del céntimo sanitario, el PSOE busca más resquicios. Ahora se excusa en las Emisiones de CO2, con una reforma de la Ley de Cambio Climático.

Reformar el Impuesto de Sociedades, ensanchando sus bases imponibles, con el objetivo de asegurar una tributación mínima del 15%, pese a que las empresas del IBEX 35 pagan un 18,75%.

Por otro lado, el verdadero motivo de la limitación del pago en efectivo no se encuentra ni en el fraude ni en la financiación del terrorismo sino en el impuesto a las transacciones financieras. El límite para pagar en efectivo bajará de los 2.500 a los 1.000 euros. Con este movimiento, cualquier transferencia será susceptible de abonar un gravamen. La medida coarta la libertad de elecciones de los consumidores a la hora de pagar por los bienes y servicios. El pretexto utilizado es la lucha contra la financiación del terrorismo, pese a que estas redes ilegales mueven millones de euros en la actualidad y no pagan mediante maletines.

ACERCAMIENTO A CIUDADANOS

Por otro lado, para tratar de contentar a Ciudadanos y su propuesta del contrato único, el PSOE ha ideado ahora un modelo con solo tres tipos: indefinido, temporal y de relevo y formación. Así, los puestos fijos permanentes no podrán ser sustituidos con contratos temporales. Además, estos no podrán superar el año de duración o bien los dos años si así lo estipula el convenio. Para que las empresas no engorden la plantilla con este tipo de contratos, que son una clara minoría en España ese a las advertencias de la izquierda -el 75% de los contratos en España son fijos-, elevará las cotizaciones sociales a las empresas. Trata así de incrementar los contratos fijos discontinuos, mientras realizará más inspecciones de trabajo. Subirá el salario mínimo interprofesional en un 60%, siempre y cuando se conserve en el poder al menos los siguientes 8 años.

TRES PÁRRAFOS PARA LAS PENSIONES

En cuanto a las pensiones, los socialistas y sus socios de Gobierno darán luz verde a una subida de impuestos para financiar el modelo. Asimismo, eliminará bonificaciones y cualquier reducción para que se pague el porcentaje estipulado. A su juicio, pese a los cinco millones de parados según los datos del INE, el problema es el empleo «precario». Tal es la concreción de su
programa, que se limita a tres puntos: «recuperar el papel del diálogo social», subir impuestos para subir los ingresos de la Seguridad Social, y «establecer nuevos cambios en los ingresos por cotizaciones que vinculen la aportación al sistema con los ingresos realmente percibidos al tiempo que se adoptan medidas para impedir la erosión de los ingresos como consecuencia de
la proliferación del trabajo precario y a tiempo parcial». Por tanto, más subidas de impuestos sí o sí.

BANCA PÚBLICA PODEMITA CON MOROSIDAD DISPARADA

Para contentar a Podemos, los de Sánchez crearán una banca pública basada en el Instituto de Crédito Oficial. Incrementará el crédito directo, que ahora es «una pequeña parte». En 2014 se llegaron a conceder a través de este organismo 21.469 millones de euros, la mayor cantidad registrada en sus más de 20 años de historia, pero el 11% del total disponible. La banca pública
del PSOE, pese a estas cifras, acumula una morosidad en la línea directa del 40%, cuatro veces más de la banca española, una muestra de las diferencias entre la gestión privada y la pública, donde se ha llegado a decir en las filas socialistas que el «dinero público no es de nadie».

Sánchez trata de contentar a las ‘start-ups-, pymes, internacionalización de empresas con estos créditos, sin detallar que requisitos tendrán que cumplir para dar el dinero de los contribuyentes a negocios inviables. Pese a su afirmación de que el ICO será «un verdadero banco público», afirma que «compartirá riesgos con la banca privada y para ello reforzará
ampliamente el departamento de Análisis de Riesgos». vista la morosidad, se pone en duda la concesión de nuevos créditos sin un estudio detallado. Asimismo, «se abrirá una línea especial de avales y garantías especializadas en proyectos de licitaciones públicas en terceros países para consorcios de empresas españolas».

EMPRESAS ESTRATÉGICAS

El PSOE se muestra preocupación por los sectores estratégicos, como el energético, telecomunicaciones o las infraestructuras. A su juicio, hay demasiadas trabas para la entrada de nuevos competidores del mercado. Las medidas que pretende aprobar irán encaminadas a dar más recursos e independencia a Competencia para poder abrir estos sectores, muy ligados al IBEX 35.

Así se esperan cambios normativos para este sector, que ha tenido que lidiar con reformas para evitar la concentración actual. Las medidas no han acabado con este oligopolio. Se esperan cambios normativos para este sector, que ha tenido que lidiar con reformas para evitar la concentración actual. Las medidas no han acabado con este oligopolio. Además, supondrá un riesgo para la seguridad jurídica y por tanto para las inversiones extranjeras, que aún esperan a la formación de un nuevo Gobierno para poder dar luz verde a las órdenes.

En su programa no aparece ni una mención a la nacionalización o paralización de privatizaciones, pese a que el modelo que sigue Sánchez es el de Portugal, que ya ha recuperado la aerolínea pública. Tampoco hace referencia a Bankia, pese a que en su programa electoral sí dedica un apartado especial a la entidad financiera con una mayoría en manos públicas.

DÉFICIT CON BRUSELAS, CON EL EJEMPLO DE GRECIA

«España debe respetar los compromisos con la UE en materia de estabilidad presupuestaria, establecidos en el PEC, que obligan a reducir a medio plazo el déficit público hasta situarlo por debajo del 3% y la deuda pública por debajo del 60% del PIB». Así abre el PSOE su programa considerado de mínimos. «Son muy exigentes», añaden, al tiempo que alertan: «Los presupuestos
aprobados por el actual Gobierno para 2016 no cumplirán con el objetivo de déficit acordado como tampoco se ha cumplido en 2015 del de acuerdo con los datos hechos públicos por la Comisión Europea».

Pese a denunciar este constante incumplimiento, el PSOE se propone a abrir una mesa de negociación para relajar estos objetivos de déficit basado en las negociaciones que mantuvieron Italia, Francia y Alemania. Así, exigirá una «importante desviación al alza en el objetivo de déficit para 2015», mientras que esgrimirán la «dificultad para reducir el déficit y la deuda pública en un entorno deflacionario» y la «situación de emergencia social (pobreza, exclusión, desigualdad) y necesidad de recuperar los niveles de gasto social por habitante para converger con estándares europeos».

La posición de Bruselas siempre ha sido clara. Mantener los objetivos fijados, como hizo con Grecia pese al órdago lanzado por el Podemos griego, liderado por Alexis Tsipras. Tsipras tensó tanto la cuerda que al final tuvo que plegarse a las condiciones impuestas: acometer recortes en las pensiones y subir impuestos pese a que el país tiene una emergencia social sin precedentes. Asimismo, si se flexibiliza el déficit a España, se enviaría un mensaje muy negativo al mercado, ya que las normas están para cumplirlas. España necesita acometer más recortes de gasto y reducir al mínimo la emisión de deuda para poder superar la crisis.

El BCE ha sido claro en numerosas ocasiones. Las medidas del banco central no funcionan si los Gobiernos no acometen reformas de calado. En vez de ello, los países se han aprovechado de las medidas del BCE para «financiarse gratis» en un escenario de tipos de interés en mínimos históricos y algunos países con tipos negativos, como Suecia. El resultado ha sido un nivel de
endeudamiento jamás visto, rozando el 100% del PIB, o el 300% si se tiene en cuenta la deuda privada. Las familias, por su parte, han mostrado el camino a los Ejecutivos: minimizar el gasto y bajar la deuda por la caída de los salarios y tirar de ahorros para poder superar esta gravísima situación económica.

A esta negociación se han sumado tanto el PP como Ciudadanos. El economista de referencia de los de Albert Rivera, Luis Garicano, ve «suicida» bajar el déficit al 3%, debido a la subida de impuestos y al recorte de gasto.

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