El Ejército y la Armada contratarán más médicos tras constatar un ‘déficit de capacidades sanitarias’ con el coronavirus

El Ejército y la Armada contratarán más médicos tras constatar un ‘déficit de capacidades sanitarias’ con el coronavirus

20 julio, 2020
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Actualizado: 20 julio, 2020 17:13
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Las Fuerzas Armadas han constatado en la Operación Balmis desplegada para hacer frente al coronavirus que tienen un «déficit de capacidades sanitarias» que se va a tratar de subsanar, de entrada aumentando de 10 a 40 las plazas en la próxima convocatoria de médicos militares.

Lo ha revelado el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general Miguel Ángel Villaroya, en una jornada de trabajo celebrada en la base Retamares para presentar a los altos cargos del Ministerio de Defensa los nuevos escenarios planteados tras la promulgación de la nueva Directiva de Defensa Nacional, y a la que ha asistido la ministra de Defensa, Margarita Robles.

La propia ministra ha explicado que este «déficit» en la sanidad militar «no es exclusivo de España», y así lo confirmaron hace poco varios ministros de Defensa en una reunión de la OTAN, lo que abrió un debate sobre posibilidades de impulsar capacidades conjuntas en este ámbito por parte de los países de la Alianza Atlántica.

Defensa, en todo caso, está trabajando para abordar este asunto, ha señalado el general Villarroya, a partir de la experiencia acumulada en la Operación Balmis, cuya relevancia ha sido enfatizada tanto por la ministra como los mandos y cargos ministeriales asistentes a la presentación.

En todo caso, Robles ha dejado claro que la «sanidad militar no puede sustituir a la civil» y ha reiterado que las Fuerzas Armadas están dispuestas para actuar, como ya están haciendo de manera puntual ante nuevos brotes del coronavirus, con la misma eficacia que lo hicieron durante el despliegue de la Operación Balmis.

En este sentido, ha enfatizado el «compromiso claro, inequívoco e indudable» de los miembros de los Ejércitos y la Armada «que trabajan por y para los españoles», como se ha apreciado durante la pandemia, y si fuera necesaria una «Balmis 2», ha recalcado, «ahí estarán» para cumplir su «compromiso» con España.

Por otro lado, la titular de Defensa ha confirmado que, pese a los retrasos «obvios» motivados por el coronavirus, continúan todos los programas de armamento que estaban en marcha antes de la declaración del estado de alarma, como el del submarino S-80, ya «muy adelantado», las fragatas F-110 o el vehículo blindado 8×8 Dragón.

Ha asegurado que se trata de actividades «imprescindibles» para las Fuerzas Armadas y también para apoyar el «tejido productivo», algo que ha puesto igualmente de relieve la nueva secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro.

En su exposición de los objetivos de la Directiva de Defensa Nacional 2020 ha considerado la promoción de la industria de Defensa «uno de los motores para la recuperación económica» y ha recalcado que aunque la pandemia haya golpeado esta actividad, el sector ha sabido adaptarse para tratar de minimizar su incidencia.

Ha confirmado la secretaria de Estado que el esfuerzo inversor, mediante una «financiación estable y constante», va a continuar para proseguir con la necesaria modernización de unos equipamientos que se habían quedado obsoletos hace años y sin reponerse por la austeridad motivada por la anterior crisis económica.

«Vivimos tiempos que requieren decisiones firmes y valientes», ha proclamado Casteleiro, quien ha anunciado mejoras en las «anticuadas» infraestructuras de los acuartelamientos, además de otras medidas como la potenciación de las tecnologías de la información y la lucha contra la amenaza del ciberespacio.

Sobre esta amenaza en concreto, el jefe de la Dirección de Planhes, general Íñigo Pareja, ha explicado que en la nueva estructura del Estado Mayor de la Defensa (EMAD) se crea un nuevo «mando conjunto del ciberespacio».

Se trata de fórmula con la que se pretende evitar la dispersión de actividades que podía producirse con la estructura anterior para hacer frente con «mayor libertad de acción en el ciberespacio» uno de los capítulos tratados en una directiva cuyo objetivo último, según Robles. es apostar por unas Fuerzas Armadas «del siglo XXI».

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