El puf, ¿un elemento decorativo más de la casa?

El puf, ¿un elemento decorativo más de la casa?

06 agosto, 2018
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Actualizado: 06 agosto, 2018 11:48
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Desde hace ya unos años, los pufs vienen siendo una auténtica tendencia de decoración en cualquier hogar. Y no solo por su aporte decorativo, sino también por su carácter multifuncional, ya que se adaptan perfectamente a cualquier estancia de la casa dándole un toque original, práctico y elegante.

Un puff podría definirse como un sillón compuesto por un material blando, que generalmente no tiene respaldo, y que está cubierto por una tela rígida que puede ser de diferentes materiales: cuero, tela, plástico, etc. El interior está relleno de trozos de poliestireno, lo que hace que precisamente se adapte a diferentes usos y espacios.

Precisamente es el interior y su relleno lo que hace que el puf sea uno de los elementos idóneos para sentarse y descansar. Los trozos o bolitas de poliestireno se adaptan perfectamente a cualquier posición de la persona, ya se encuentre esta tumbada o sentada en ese momento.

Lo cierto es que su versatilidad provoca que podamos usar el puf para sentarnos, apoyarnos, tumbarnos o reposar los pies. Además, por lo general es un elemento decorativo que puede recogerse en cualquier parte de la casa y posee una ligereza que nos permite llevarlo fácilmente a cualquier lugar.

Desde siempre han sido la mejor alternativa para los espacios reducidos, lofts, pisos de estudiantes, cuartos infantiles, apartamentos pequeños, jardines, terrazas, etc. Sin embargo, la proliferación de nuevos diseños y modelos más elegantes ha propiciado que los podamos ver formando parte de la decoración de las salas más importantes de la casa.

Los orígenes e historia del puf

La historia de este mueble decorativo es realmente muy singular. El puf como tal es originario de Marruecos (la palabra puff procede precisamente del árabe) y su uso está muy presente en la decoración oriental. Los primeros muebles de este tipo introducidos en Europa llegaron procedentes de Turquía durante el siglo XVIII. Razón por la cual en algunos lugares se les sigue conociendo en la actualidad bajo el nombre de asientos otomanos.

Poco a poco, y dada su versatilidad, pronto este tipo de asientos pasó a formar parte de los principales elementos decorativos de cualquier estancia europea. No obstante, por aquel entonces se trataba de un asiento bajo, acolchado y mucho más espacioso que hoy día. Hasta el punto de que podía albergar a varias personas a la vez.

Por lo general, los pufs de aquella época se solían colocar en los rellanos de las escaleras o en los espacios de descanso y ocio de la casa. No sería sino hasta bien entrado el siglo XIX cuando su uso comenzó a extenderse por otros rincones de la vivienda, pasando a convertirse en un elemento de decoración más popular y llegando a adquirir la funcionalidad que hoy tiene.

Los pufs actuales y su colocación en la vivienda

En el mercado actual ya tenemos pufs de múltiples diseños y estilos. En realidad, da igual el toque de decoración que tengamos en casa, ya que siempre habrá un puf que se pueda adaptar a él. Además, son tan multifuncionales que se pueden usar tanto de mesa de centro para el salón como de cama pequeña para relajarse y descansar.

Un puf es la solución perfecta para dotar cualquier estancia de elegancia y originalidad. La selección de tamaños, materiales y colores que poseemos en la actualidad es prácticamente infinita, lo que los hace ideales para decorar cualquier rincón de la casa: salón, dormitorio, sala de estar, cocina, etc.

Pero, a su vez, es un elemento muy práctico y útil. En el salón, por ejemplo, son la alternativa más cómoda y flexible al sofá o los asientos tapizados. En el dormitorio principal puede servir como asiento adicional o como galán de noche, mientras que en el cuarto de los niños es un accesorio ideal para jugar y divertirse.

La gran variedad de tamaños, formas y diseños hace que haya pufs que incluso puedan convertirse en pequeñas camas, de ahí que sea un elemento idóneo para las habitaciones de invitados. Además, también quedan muy bien en lugares como la terraza, el patio o un pequeño jardín.

En definitiva, un puf es un elemento decorativo ideal para el hogar. No solo es capaz de crear un ambiente relajado y acogedor, sino que también es un mueble muy versátil y multifuncional para que puedas usarlo como quieras. Su presencia invita al descanso y a sentirse lo más cómodo posible.

Una alternativa, por tanto, diferente y original y que además se ha convertido en ideal para sumar plazas al sofá del salón, sobre todo cuando la casa se llena de amigos. Así y todo, el puf es capaz de convertirse en uno de los elementos más útiles de la casa, y todo ello sin apenas ocupar espacio y sin perder su toque original, elegante y creativo.

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