El grupo alemán BSH, fabricante de electrodomésticos de marcas como Balay, Bosch o Siemens, ha trasladado al Gobierno de Navarra y al Ministerio de Industria que no retrasará la fecha prevista para iniciar el despido colectivo (17 de junio) y que hará efectivo el cierre de la planta de Esquíroz (Navarra).
La presidenta navarra, María Chivite, que ha anunciado la decisión de la dirección internacional de BSH, ha trasladado su «desacuerdo» a la empresa al entender que existen alternativas.
«Se están trabajando proyectos industriales que pueden resultar solventes», aunque su definición requiere de un mayor plazo y por ello el Gobierno foral pedía «flexibilizar» su decisión -ahora ratificada- de comenzar el 17 de junio con el período de extinción de los contratos», ha explicado.
Los trabajadores afectados por el cierre de la planta en Navarra de BSH son 650 directos aunque y llegan a los 1.000 indirectos
En la planta trabajan más de 650 personas, aunque la cifra se eleva a un millar si se suman los empleos indirectos.
Tras constatar la negativa de la multinacional a alargar los plazos «de 15 en 15 días» para que la empresa no se comprometa a algo remoto, Chivite se ha mostrado muy crítica por entender que a BSH «no le ha importado la parte social».
Por ello, la presidenta ha anunciado su intención de «redoblar esfuerzos» en la mesa que desde enero trabaja en la reindustrialización de esta planta, que ya ha recibido visitas y «declaraciones de interés por parte de empresas».
Según Chivite, si los responsables de BSH se sentaron en la mesa de negociación «es por la insistencia de ambas instituciones» (Gobierno central y foral), «pero no han movido desde el primer día sus intenciones» pese a que se les ha hecho partícipes de que una consultora trabajaba en buscar proyectos de reindustrialización de la planta.
El consejero de Industria, Mikel Irujo, ha confirmado que en este momento tienen «empresas en activo, con posible interés» por continuar la producción en esta planta, de sectores como el de energías renovables, la automoción o defensa».
No obstante, ha preciso que, para que fructifiquen estos indicios y abordar el proceso «de una manera ordenada» se necesita más tiempo.
En la misma línea, la consejera de Empleo, María Carmen Maeztu, ha compartido el «desacuerdo» con la decisión de BSH, a la que ahora seguirá un mes de negociación colectiva «para sustanciar todas las cuestiones derivadas del proceso de despido».
Según Maeztu, el Gobierno navarro «velará» para que se haga «con las máximas garantías y con el principio de buena fe que tiene que guiar la actuación de cualquier empresa».