La patronal Anfabra, con Coca-Cola y Pepsi, se establece como «lobby»

La patronal Anfabra, con Coca-Cola y Pepsi, se establece como «lobby»

21 noviembre, 2017
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Actualizado: 21 noviembre, 2017 15:47
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Anfabra, asociación de fabricantes de bebidas refrescantes, cambia sus estatutos para confirmar su condición de «lobby» -grupo de presión-.

Anfabra ha celebrado su asamblea este martes para confirmar que actuará como lobby, un grupo de presión de cara a defender los intereses de sus asociados, entre los que se encuentran Coca-Cola, Coca-Cola Iberian Partners -la embotelladora-, Pepsi o Red Bull, entre otras conocidas marcas de refrescos.

El impacto económico del sector de los refrescos en España superó los 3.800 millones de euros en 2016, según los resultados de un estudio divulgado hoy, que revela que de él dependen más de 71.000 empleos. Éstas son algunas de las grandes cifras del «Informe socioeconómico de la industria de bebidas refrescantes en 2016», elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) a petición de la patronal Anfabra. Cifras que servirían para respaldar su condición de grupo de presión.

De los 3.806 millones de valor añadido bruto (VAB) generados por el sector, un 20% corresponde a su impacto directo, un 22% es por sus efectos inducidos y el restante 58% se produce por vía indirecta. «El sector tiene una elevada capacidad de arrastre, como se ve en el VAB indirecto», ha destacado una de las autoras del documento, Carmen Hoya, durante la presentación del mismo.

La recaudación fiscal ascendió a 1.415 millones de euros, la mayor parte a través de las cotizaciones sociales (39%), seguidas por el IVA (28%), el IRPF (27%) y el Impuesto de Sociedades (5%). En materia de empleo, la industria generó 9.506 puestos de trabajo directos, 46.763 indirectos y 14.920 inducidos.

Según Anfabra, los fabricantes de bebidas «sufrieron la crisis» y vieron cómo caían sus ingresos en 2013 y 2014, tras lo que recuperó el volumen de ventas durante dos años consecutivos (2015 y 2016). Las previsiones de Anfabra para 2017 es que el sector acabe «plano», con un aumento del consumo en hostelería impulsado por el turismo que compensa las consecuencias del impuesto catalán sobre las bebidas azucaradas.

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