Las grandes empresas despiden 1.300 trabajadores por el auge de la marca blanca
El auge de la marca blanca en la industria alimentaria está causando una ola de despidos en las grandes compañías. En especial, esto se debe a que las cadenas de supermercados han aprovechado la diferencia de precios con las marcas de fabricantes, aumentando la cuota de mercado de sus propias marcas hasta casi el 50% en el último año. Esto ha obligado a muchas empresas a reducir costos, y algunas están solicitando aumentos de precios para recuperar la rentabilidad, aunque la distribución se niega a aceptarlos.
La primera empresa que comenzó con esta ola de despidos fue Pepsico, el gigante de refrescos y aperitivos dueño de marcas como Pepsi, Lay’s Ruffles o Cheetos. En 2022, la empresa logró llegar a un acuerdo con los sindicatos que culminó con el despido de 545 trabajadores (entre los trabajadores de las oficinas y los de las fábricas).
Recientemente, Coca-Cola Europacific Partners, la embotelladora del gigante de los refrescos, anunció un ajuste que afectará a hasta 85 trabajadores de los centros de atención al cliente, principalmente en Esplugues de Llobregat (Barcelona) y también en Madrid. La empresa justifica esta decisión por razones organizativas y centralizará estos servicios en Bulgaria, donde los costos laborales son considerablemente más bajos. Aunque este ajuste afecta a una pequeña proporción de los 3.900 trabajadores totales de Coca-Cola en España, se suma a una serie de despidos en el sector desde finales de 2022, causados por la disminución de la demanda.
Heineken también fue una de las empresas afectadas por la marca blanca
Por otro lado, la empresa Danone tiene previsto cerrar su planta en Parets del Vallès (Barcelona), y aunque su intención es fomentar la reindustrialización mediante la búsqueda de un comprador para la fábrica, el cierre resultará en la pérdida de 157 empleos. A su vez, Bimbo, propietario además de la marca de pan de molde Donuts, informó a sus empleados sobre el cierre de su fábrica en El Verger, Alicante, casi simultáneamente con su exclusión de los estantes de la cadena de supermercados Dia, con la que no logró llegar a un acuerdo.
Por último, Heineken el pasado mes de diciembre confirmó también un acuerdo con los sindicatos para activar un ERE que afectará a 127 personas. La empresa explicó que esta decisión se debió a «causas organizativas». La reestructuración se engloba en un plan de eficiencias en fábrica y una reordenación del equipo comercial, con el que la cervecera «pretende mejorar su competitividad».
Esta decisión se debe en gran parte a la disminución de la demanda de la empresa. En especial, la empresa anunció ayer un beneficio neto de 2.304 millones de euros, lo que supone un 14% menos que en 2022 a pesar de haber obtenido unos ingresos un 4,9% superiores, de 36.375 millones.