Renfe está, según el ministro de Transportes, Óscar Puente, en el mejor momento de su historia, una declaración que al menos parece, sí no lo es, incompatible con las incidencias diarias que sufre la empresa pública o en las fuertes pérdidas que acumulan sus distintas divisiones como Renfe Viajeros, que pierde mas de 43 millones de euros este 2024 y eso que gracias al cambio en la política de indemnizaciones por retrasos que han endurecido las condiciones para tener derecho ha ahorrado 30 millones de euros.
Indemnizaciones por retrasos
El consuelo de la empresa pública ferroviaria o al menos así los transmite es que el año pasado perdió 65 millones, por lo este ejercicio ha logrado reducir los números rojos en algo más de 20 millones de euros, el 33,6%. Lo que no dice, sin embargo, Renfe es el ahorro que ha tenido y el impacto en su beneficio del cambio en la política de indemnizaciones por retrasos, que ha pasado de 30 minutos a 90 minutos para poder reclamar el importe del billete, independientemente de que se pierdan conexiones con otros trenes o medios de transporte, como el autobús, el avión o barco.
Ese ahorro fue cifrado en 30 millones de euros, es decir, casi 8 millones de euros más de la cantidad que realmente Renfe Viajeros ha reducido las pérdidas (de 65 millones a 43,16 millones).
El resultado bruto de explotación (ebitda) creció un 17 %, hasta los 338 millones de euros, destaca la compañía en un comunicado, en el que atribuye la positiva evolución de este indicador a la efectividad de las medidas que ha adoptado para mejorar su eficiencia -menos indemnizaciones por retrasos, que no menos incidencias en los trenes- y el crecimiento de la demanda, especialmente en la división de los servicios comerciales (AVE, Avlo, Alvia, Euromed e Intercity).
En este sentido, destaca el aumento superior al 88 % en el resultado de explotación del área de servicios comerciales de la filial de viajeros, hasta los 114,56 millones de euros, frente a los 60,78 millones del año pasado.
Corredores de alta velocidad de Renfe
Renfe considera especialmente significativa la aportación de los corredores de alta velocidad que unen Madrid con Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana, si bien en este último caso la operación comercial se vio condicionada por los efectos de la dana, que obligaron a suspender el servicio de alta velocidad entre el pasado 29 de octubre y el 14 de noviembre.
En el área de servicios públicos (aquellas conexiones ferroviarias calificadas como Obligación de Servicio Público), Renfe Viajeros ha registrado un ebitda de 224,4 millones de euros en 2024, lo que supone una ligera caída del 1,7 % respecto al año anterior.
Este descenso se explica principalmente por la prolongación de las bonificaciones en los servicios de Cercanías, Rodalies y Media Distancia.
Según la compañía, la reducción de pérdidas en 2024 se ha reflejado en el área de servicios comerciales, donde el resultado ha mejorado en 2024 un 35,2 %, al pasar de 70,12 millones de euros en 2023 a 45,42 millones.
Por su parte, en servicios públicos el resultado ha reflejado un leve descenso del beneficio, de 3,72 millones en 2023 a 2,26 millones en 2024.
Plan para la Generación de Valor y Mejora de la Eficiencia de Renfe
En plena guerra de precios por la alta velocidad, de la que Renfe responsabiliza, aunque esa ruptura del monopolio ha beneficiado ampliamente a los viajeros, a la operadora de bajo coste Ouigo, la compañía puso en marcha este año un Plan para la Generación de Valor y Mejora de la Eficiencia, con el objetivo de mejorar la competitividad de la compañía y obtener un impacto inmediato sobre su resultado de explotación.
Tras las fuertes pérdidas acumuladas el año pasado con los servicios comerciales de alta velocidad y larga distancia, Renfe identificó 46 iniciativas comerciales, enmarcadas en dicho plan, que han finalizado el ejercicio anual con una contribución al ebitda del grupo Renfe de 27,8 millones de euros y un ahorro de en torno a 60 millones, lo que supone el cumplimiento del objetivo marcado para el conjunto de 2024.
Estas medidas se encuentran en constante evolución y se adaptan tanto a las circunstancias del mercado como a la situación de la competencia. Su media estrella, sin duda, ha ido en contra de los intereses de los viajeros y su derecho a indemnización por retrasos.