Shein, el gigante chino de venta de moda por internet que aspira a debutar en Wall Street
La empresa textil de origen chino Shein ha presentado una solicitud para cotizar en la Bolsa de EE. UU. en lo que podría convertirse en una de las ofertas bursátiles más grandes de los últimos años, con una valoración que alcanzaría los 90.000 millones de dólares, 35.000 millones de dólares por debajo otro gigante de la moda mundial como es la española Inditex, que capitaliza 115.000 millones de euros, algo más de 125.000 millones de dólares.
Shein, que fundamentalmente vende sus productos a través de internet y a un público eminentemente joven fuera de China, ha iniciado los trámites para salir a bolsa en Estados Unidos -aún no cotiza en ningún otro parqué- enviando un documento de intenciones por ahora confidencial, que desvelaba anoche The Wall Street Journal (WSJ).
SHEIN, UN MODELO DIFERENTE
Aunque la información sobre sus números es escasa, Financial Times apuntaba que en el ejercicio 2022 logró unos beneficios de 800 millones de dólares (730 millones de euros) y una facturación de 23.000 millones de dólares (21.000 millones de euros).
Fundada en la ciudad oriental china de Nanjing en 2008, la firma tiene como seña de identidad que no dispone de una red de establecimientos físicos -se centra en el comercio electrónico, con la excepción de tiendas físicas efímeras o ‘pop-up stores’-, y su apuesta por las redes sociales (sobre todo Instagram y TikTok) y los ‘influencers’ para ganarse a las generaciones más jóvenes.
Otra las particularidades de Shein -que trasladó el año pasado su sede a Singapur para no tener que solicitar a las autoridades reguladoras chinas su aprobación para cotizar en bolsa- es que, pese a concentrar la fabricación de sus productos en China, no los vende en el mercado local y se vuelca por completo en el extranjero: su principal mercado es Estados Unidos, seguido de Europa.
PROBLEMAS A LA VISTA
Según la agencia estadounidense Bloomberg, la empresa llegó a estar valorada en más de 100.000 millones de dólares (91.365 millones de euros) en 2022, una cifra que se acerca a los 115.000 millones de euros que actualmente vale la española Inditex y supera claramente a la sueca H&M (unos 22.000 millones).
Pero, desde entonces, su tasación ha caído, al igual que otras empresas emergentes, debido a la cautela de los inversores ante la incertidumbre económica. En una ronda de financiación citada por WSJ del pasado mes de mayo se valoró en torno a los 66.000 millones de dólares, aunque no descartaron un precio superior en una hipotética salida a bolsa.
También preocupa la intensificación de la competencia -su gran rival en Estados Unidos es la también originalmente china Temu, propiedad de PDD Holdings-, y las acusaciones de robo de derechos de autor o de emplear trabajo forzado de la minoría étnica uigur en la provincia china de Xinjiang, de donde proviene su algodón.
EE. UU. prohibió la importación de todos los productos hechos en esa provincia a menos que los importadores demuestren que sus productos no están fabricados con trabajos forzados. Shein asevera que trabaja con terceros para verificar que sus instalaciones no utilizan trabajo forzado, aunque algunos expertos califican etas inspecciones de manipuladas o falsificadas.
PLANES DE EXPANSIÓNDE SHEIN
Polémicas al margen, la marca sigue expandiendo mercados y, a principios de este 2023, contrató a Marcelo Claure, exejecutivo de SoftBank, para impulsar su negocio en Latinoamérica tras protagonizar un ascenso meteórico global para colarse entre las empresas textiles más reconocidas del mundo en cuota de mercado: solo en 2021 fue la compañía del «top 10» en Europa Occidental que creció a mayor ritmo, con mucha diferencia sobre el resto.
Claure lanzó Shein en Brasil tras invertir unos 150 millones de dólares para la localización de las operaciones de la marca en el país, que se espera genere aproximadamente 100.000 empleos en los próximos años.
El ejecutivo es también vicepresidente de Shein para, de la mano del fundador y consejero delegado, Sky Xu, y del presidente ejecutivo, Donald Tang, acelerar estrategias de expansión y cumplir con el objetivo, según Financial Times, de facturar 60.000 millones de dólares (54.800 millones de euros).
CRÍTICAS MEDIOAMBIENTALES
Por otra parte, Shein acapara críticas por su modelo de negocio de «moda rápida» y consumismo, basado en producir industrialmente un gran volumen de prendas, con mucha rotación y a precios muy bajos, lo que genera un fuerte impacto ambiental.
En ese sentido, la ONG Greenpeace acusó el año pasado a la firma de infringir la normativa europea con el uso en sus productos de sustancias químicas peligrosas para la salud y el medioambiente: según la ONG, un total de 47 productos textiles analizados (es decir, un 15 %) contienen sustancias químicas en límites superiores a los permitidos a nivel comunitario.
Ello demuestra su «actitud negligente» respecto a los riesgos ambientales y la salud humana asociados con el uso de estos productos químicos peligrosos, que constituyen la base de la moda ultrarrápida de la compañía, de acuerdo con Greenpeace, que denunció que el gigante textil no solo pone en peligro la salud de los consumidores, sino también la de trabajadores y proveedores de sus fábricas.