El excomisario José Manuel Villarejo, que ha hecho uso de su derecho a la última palabra en el juicio por los encargos de Repsol y CaixaBank, ha rechazado haber manchado su placa al aceptar con sus empresas dichos encargos, ya que en aquel momento no estaba en activo y su relación con el cuerpo era puntual.
El juicio por los encargos de Repsol y CaixaBank para frenar el intento de toma de control sobre la petrolera por Sacyr y Pemex ha quedado este miércoles visto para sentencia, después de que las partes hayan presentado sus informes finales.
El excomisario se ha excusado por no asistir con asiduidad a las sesiones debido a su precario estado de salud, y ha rechazado «de plano eso de que he manchado la placa», ya que nunca utilizó su condición de policía y su relación «puntual» con el Cuerpo para los negocios de sus empresas.
Villarejo asegura que podría haber ganado una fortuna si se hubiese aprovechado de su condición
Ha asegurado que podía haber ganado «una fortuna» con sus actividades privadas si hubiera aprovechado su condición de policía, pero «jamás» lo hizo; «cuando son las 12 del mediodía no se encuentra la noche cerrada», ha concluido, lamentando que afirmaciones que se repiten mucho parecen convertirse en verdades.
La Fiscalía Anticorrupción pide 40 años de cárcel para el excomisario; 32,5 para el que fuera su socio Rafael Redondo; 28 años para el exjefe de Seguridad de Repsol Rafael Araujo; 21 para el que fuera su «número dos», Rafael Girona, y otros 21 años para el exresponsable de Seguridad en CaixaBank Miguel Ángel Fernández Rancaño.
El ministerio público atribuye delitos de cohecho pasivo, cohecho activo, descubrimiento y revelación de secretos de particulares con difusión a terceros cometidos por funcionario público, descubrimiento y revelación de secretos de particulares y falsedad en documento mercantil.
Todos los acusados han negado los hechos, rechazando que se espiara a nadie, ya que los encargos se limitaron a conseguir información sobre las empresas implicadas en la operación, y han reiterado que en ningún momento estuvieron al tanto de la condición de policía de Villarejo.