El impacto del IVA en la inflación: 4 décimas más en marzo por el 21% de la luz

La inflación ha subido cuatro décimas en su tasa anual en marzo, hasta el 3,2 % desde el 2,8% de febrero, debido principalmente al encarecimiento de la electricidad, donde el IVA volvió del 10% al 21%, es decir 11 puntos más, y de los carburantes por la subida del petróleo en los mercados internacionales.

Según el dato adelantado del Índice de Precios de Consumo (IPC) publicado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en sentido contrario destacan los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que suben menos que en marzo de 2023, aunque la inflación de este grupo sigue al alza.

Por su parte, la tasa de variación anual estimada de la inflación subyacente -el índice sin alimentos no elaborados ni productos energéticos- disminuyó dos décimas, hasta el 3,3 %. 

El impacto del IVA al 21% del recibo de la luz en la inflación

Lo que verdaderamente ha subido los precios de la electricidad ha sido el incremento del 10% al 21% del IVA en el recibo de la luz, porque los precios han sido realmente bajos debido a las condiciones meteorológicas. El precio diario del mercado mayorista español en los veinte primeros días de marzo quedó en 26,24 euros/megavatio hora (MWh), un 34,4 % menor que en febrero, cuando ya se registró un precio bajo, y un 70,8 % inferior al de hace un año, según el grupo de consultoría energética ASE.

Esta brusca caída obedece, según explican los analistas del grupo ASE, a la climatología, que ha favorecido la generación eólica e hidráulica; al incremento de la producción fotovoltaica, a la reducción paulatina de la demanda y a la escasa capacidad de interconexión de la península Ibérica.

El exceso de oferta renovable ha hundido el precio de la electricidad y del 22 de febrero al 4 de marzo el precio medio del mercado mayorista fue de 5,59 euros/MWh.

Durante doce días seguidos, las nucleares y las energías renovables, excluida la hidráulica de embalses, abastecieron al 89,5 % de la demanda nacional, unas tecnologías que llegan a ofertar a 0 euros en la subasta diaria, aunque el coste de generación de la electricidad no sea ese.

En el mercado eléctrico, que es marginalista, los precios de las ofertas de un productor reflejan su coste de oportunidad, que no es lo mismo que el coste de generación, tanto si los precios son altos como bajos.

Renovables y nucleares

Las tecnologías que ofertan con un coste de oportunidad cero o muy bajo son las que utilizan una materia prima con un coste muy bajo y no son capaces de almacenar electricidad, como las renovables, que, al ofertar a cero, se garantizan que la energía que producen se colocará en la subasta diaria y no se perderá.

Diferente es el caso de las nucleares, que han sido diseñadas para ser eficientes cuando trabajan a plena carga, por lo que no es fácil para ellas detener o parar la producción.

Así, para asegurarse que la electricidad que generan consigue casar en la subasta diaria y no se pierde, ofertan a precio nulo o muy bajo en unas circunstancias de exceso de producción renovable como las que se han producido estas semanas.

El precio de la electricidad está bajando de forma generalizada en todos los países europeos desde el cuarto trimestre 2023, pero en España el descenso está siendo mucho mayor que en el resto, debido al crecimiento de la capacidad de potencia eólica y solar, a que cuenta con una gran capacidad de carga base nuclear y a la flexibilidad de la hidráulica.

‘Isla energética’

Además, la condición de ‘isla energética’ de la península, por su baja interconexión con Europa y que otras veces ha perjudicado a España, ahora la ha protegido de la subida de precios en los países del norte europeo, más dependientes del gas y el carbón.

Esa falta de capacidad de interconexión, que limita la capacidad de España para exportar su exceso de oferta renovable, contribuye al hundimiento de los precios en el mercado mayorista español.

Los analistas del grupo ASE apuntan a una recuperación de los precios en las próximas semanas a medida que disminuya la generación hidráulica y eólica, y aumente la demanda para refrigeración.

No obstante, no descartan que en las horas de radiación solar en verano los precios se mantengan muy contenidos y se produzcan picos de más de 100 euros/MWh en las horas sin fotovoltaica, cuando los ciclos combinados de gas marquen el precio marginal.