El Supremo rechaza que Bankia, fusionada con Caixabank, devuelva 9,8 millones a Villar Mir por la compra de acciones en la OPS
El Tribunal Supremo ha desestimado los recursos del Grupo Villar Mir, Fertiberia y Grupo Ferroatlántica en los que reclamaban 9,8 millones de euros a Bankia, en la actualidad fusionada con Caixabank, por la compra de acciones de la salida a bolsa, en 2011, que se hizo mediante una OPS -oferta publica de suscripción de acciones-, al entender que obraron con falta de diligencia.
En una sentencia fechada el pasado 25 de mayo a la que ha tenido acceso EFE, la sala de lo civil rechaza los recursos de estas compañías y les achaca falta de diligencia, ya que los demandantes y Bankia tenían un consejero común en 2011 -Javier López Madrid-, y podían haber tenido acceso a información adicional a la del folleto sobre la verdadera situación de la entidad.
En su demanda, presentada en 2016, las sociedades reclamaban la nulidad de las órdenes de suscripción y que se condenase a Bankia a restituirles la diferencia entre la cantidad pagada por la suscripción de las acciones y la obtenida en su posterior venta, que calcularon en un total de 9,8 millones de euros (3,4 millones respectivamente para Fertiberia y Ferroatlántica, y 2,9 millones al Grupo Villar Mir).
Estas empresas alegaban que no era exigible una labor de investigación o comprobación por parte de los inversores.
El Supremo destaca, sin embargo, que tanto el juzgado de primera instancia como la Audiencia de Madrid consideraron que «la falsedad y las inexactitudes de la contabilidad de Bankia no viciaron el consentimiento de los demandantes».
El Supremo destaca la vinculación del Grupo Villar Mir con Bankia
“Lo relevante no sólo es que hubieran concurrido a la OPS de Bankia como inversores cualificados, sino la propia vinculación con Bankia, que les habría permitido, de haber observado la diligencia exigible, tener información complementaria sobre la verdadera situación patrimonial y financiera de la emisora de las acciones. En efecto, cuando se hizo la inversión, en julio de 2011, las demandantes y Bankia tenían un consejero común”, recuerda la Sala.
A través de este consejero común, las demandantes pudieron tener acceso a información adicional, por lo que de haber empleado el nivel de diligencia que les es exigible como inversores profesionales, por su particular situación, podían haber tenido acceso a una información adicional a la del folleto.
Asimismo, los magistrados recuerdan que los análisis que llevaron a las demandantes a decidir invertir en acciones de Bankia se realizaron «antes de que se publicara el folleto», por lo que no puede aceptarse la tesis de que la falsa situación patrimonial y financiera plasmada en el folleto fuese determinante en la adopción de la decisión de invertir.