La deuda pública española alcanzó a finales de 2024 un saldo de 1,621 billones de euros, lo que supone un aumento interanual del 2,9%, según información del Banco de España. Gracia al turismo y a los fondos europeos el PIP español creció al 3,5% el año pasado, lo que permitió que la ratio deuda/PIB se situara en el 101,8% en el cuarto trimestre, 3,3 puntos porcentuales menos que a finales de 2023, pese al endeudamiento a niveles récord.
En cuanto a la evolución de la deuda de los distintos subsectores de las Administraciones Públicas, el saldo de la deuda del conjunto de la Administración Central se elevó a 1.489 mm de euros en diciembre de 2024, lo que representa el 93,6% del PIB. El crecimiento de la deuda de este subsector en el cuarto trimestre de 2024 fue del 3,7% en términos interanuales.
El saldo de deuda pública de la Seguridad Social crece el 8,6%
Por su parte, el saldo de deuda de las Administraciones de Seguridad Social se situó en 126.000 millones, un 7,9% del PIB, con un crecimiento interanual del 8,6%.
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Por lo que respecta a las administraciones territoriales, la deuda de las Comunidades Autónomas (CCAA) creció hasta los 336.000 millones de euros en diciembre de 2024, un 21,1% del PIB, con un aumento interanual del 3,3%, mientras que la deuda de las Corporaciones Locales (CCLL) se situó en 23.000 millones de euros en la misma fecha, lo que representa un 1,4% del PIB y supone un 2% menos que el saldo registrado un año antes.
En cuanto a la evolución por instrumentos y plazos, la deuda materializada en valores a largo plazo experimentó un crecimiento interanual del 3,4%, mientras que los préstamos a más de un año se redujeron en un 5,5% con respecto a diciembre de 2023. Por su parte, la tasa de variación interanual en el cuarto trimestre de 2024 de los instrumentos a corto plazo presentó un aumento del 11,5%.
Atendiendo a la distribución del saldo según este desglose de instrumentos, en diciembre de 2024 la deuda se encontraba materializada principalmente en pasivos a largo plazo, al representar un 94,4% del total, siendo especialmente significativo el peso de los valores a largo plazo con un 84,6%, mientras que el porcentaje de la deuda a corto plazo era de un 5,6%.