La venganza de Sebastián contra González en el BBVA: pide 18 años de cárcel
Miguel Sebastián fue despedido por Francisco González como director del Servicio de Estudios del BBVA en el año 2003. Desde entonces, su carrera política ha estado relacionado siempre con el PSOE. Primero con Zapatero, como director de la Oficina Económica de Moncloa y ministro de Industria y Turismo, y luego con Pedro Sánchez, como consejero dominical de la empresa pública Indra, un cargo que le reporta 150.000 euros al año.

La venganza de Sebastián contra González en el BBVA: pide 18 años de cárcel

20 septiembre, 2024
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Actualizado: 20 septiembre, 2024 16:07
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El actual consejero dominical de la empresa pública Indra, Miguel Sebastián, ha pedido al juzgado central de instrucción nº 6, que el pasado mes de junio propuso juzgar por cohecho y revelación de secretos al BBVA y al que fuera presidente de la entidad, Francisco González, 18 años de cárcel para el exdirectivo.

Sebastián fue despedido por González como director del Servicio de Estudios del BBVA en el año 2003 tras dirigir ese departamento durante siete años. Más tarde, en 2004 Sebastián hizo carrera política con el PSOE, primero como Director de la Oficina Económica de Zapatero, carrera que continuó como ministro de Industria y Turismo hasta el fin de Zapatero en 2011. Con Pedro Sánchez ya en el poder, al que algunas informaciones le han vinculado como autor de su tesis electoral, fue nombrado consejero dominical de la pública Indra, un puesto que le reporta unos 150.000 euros al año.

Se trata de la causa que ha investigado la contratación de empresas vinculadas al excomisario José Manuel Villarejo entre 2004 y 2016, la denominada operación «Trampa», novena pieza separada del caso Villarejo que se ocupa de los supuestos servicios de espionaje a políticos, empresarios y periodistas que el banco habría encargado al excomisario desde 2004.

Las peticiones de cárcel del exdirector del Servicio de Estudios del BBVA al expresidente del banco

En un escrito fechado el pasado 13 de septiembre al que ha tenido acceso EFE, Sebastián pide para González 6 años de prisión por el delito continuado de descubrimiento y revelación de secretos; 7 años por el delito de cohecho activo, y 5 años por el delito de promover, constituir, organizar, coordinar o dirigir una organización criminal.

El exministro relata que se percató de que había sido objeto de una «feroz actividad de espionaje», pese a encontrase «bajo el paraguas del férreo sistema de seguridad que le brindaban los servicios de protección y vigilancia de la Presidencia del Gobierno.

Solo desde dentro, es decir, con la implicación de algunas personas pertenecientes a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, fue sido posible ejecutar aquellas acciones, que le comportaron un «repentino y continuado vapuleo mediático y un grave perjuicio en su vida profesional».

Asimismo, y «más importante, una intromisión en su esfera personal más íntima, mediante la revelación pública de su condición sexual en contra de su voluntad.

En su caso, además, se llegó a construir un falso relato en torno a su persona con el propósito de desacreditarlo ante los demás e intimidarlo para torcer su voluntad.

Espionaje «descarnado»

No sólo fue víctima del espionaje «descarnado» ejecutado a través de diversidad de medios tecnológicos mediante la interceptación de sus comunicaciones, lesionando su derecho a la intimidad, sino que además, se reveló públicamente su condición sexual, siendo éste un dato de especial sensibilidad, añade el escrito.

Esta información personal e íntima solamente pudo descubrirse mediante una actividad de espionaje, puesto que se mantenía reservada en su esfera más personal y cercana; su difusión produjo efectos devastadores, ya que no tenía intención de revelar públicamente datos tan íntimos, que ni siquiera conocían muchos de sus allegados.

No contentos con ello, prosigue el relato, se le «inventó una vida paralela» que se publicó en la prensa, donde se comenzó a parodiar sobre su vida sexual, relatándose supuestos novios cubanos e infidelidades inexistentes.

Se constata así una fusión «de información veraz y sensible que no deseaba revelar, y cuyo descubrimiento fue fruto del espionaje al que fue sometido, con otra información falsa y morbosa publicada en prensa» sobre sus supuestos «escarceos» amorosos que nada tenían que ver con su austera vida personal.

Cárcel también para Villarejo, el comisario de policía contratado por el BBVA para trabajos especiales

En el escrito, Miguel Sebastián pide, por los mismos hechos, 20 años de cárcel para el excomisario Villarejo; 12 años para el exjefe de Seguridad del banco, Julio Corrochano, y 8 para el que fuera socio del excomisario, Rafael Redondo.

Asimismo, solicita 16 años de prisión para el ex consejero delegado de BBVA Ángel Cano.

Entre las personas que deberán sentarse en el banquillo por estos hechos figuran además de González, Villarejo, Corrochano y Cano, el exdirector de los servicios jurídicos del banco Eduardo Arbizu; el que fuera director del gabinete de presidencia de la entidad Joaquín Gortari, y el exdirector de Riesgos del banco Antonio Béjar. 

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