Los préstamos de los fondos europeos no logran dinamizar la economía y reflejan el enfriamiento de la inversión
La economía española ha dado señales positivas en los últimos días, cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) reportó que el PIB creció a una tasa interanual del 3,4% entre julio y septiembre. Este avance se ha visto impulsado tanto por el consumo privado como por el gasto público, pero según los datos esto no se ha traducido en la inversión privada como en los fondos de inversión.
No obstante, los datos también evidencian las advertencias de diversos organismos nacionales e internacionales sobre la debilidad en la inversión privada, un problema que afecta tanto a España como a otros países europeos, donde la inversión se encuentra en sus niveles más bajos en al menos una década, en medio de una crisis política e industrial. Ni siquiera los fondos europeos han logrado ser un incentivo para la reactivación de esta inversión.
De los 83.140 millones de euros en préstamos concedidos a España en el marco de la Adenda al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, sólo se han comprometido 32.414 millones, menos del 39% del total, según cifras de LLYC de los últimos seis meses.
El declive de la inversión privada en los fondos
La plataforma de seguimiento del programa del Gobierno, conocida como ‘Elisa’, indica que hasta septiembre se han resuelto convocatorias por un total de más de 43.000 millones de euros, con una tasa de ejecución del 57,5%. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que emplea criterios de Contabilidad Nacional, calcula 38.290 millones en contratos firmados y subvenciones recibidas, frente a los 79.854 millones en transferencias ya entregados, incluyendo los fondos de la adenda.
La inversión productiva, o formación bruta de capital fijo, cayó un 0,9% entre julio y septiembre respecto al trimestre anterior, tras tres trimestres consecutivos de crecimiento, lo que plantea dudas sobre las perspectivas económicas a medio y largo plazo. En términos interanuales, la inversión creció un modesto 0,8%, una cifra inferior a la del trimestre anterior. En el contexto de la actual crisis de vivienda, la inversión en el sector inmobiliario también experimentó una caída del 1,7% en el tercer trimestre, en medio de la escasez de oferta y el incremento de precios.