Fitch cree que crisis en Islandia aumenta dudas sobre política macroeconómica

Fitch cree que crisis en Islandia aumenta dudas sobre política macroeconómica

12 abril, 2016
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Actualizado: 12 abril, 2016 0:00
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Copenhague, 12 abr.- La agencia internacional de calificación de riesgo Fitch advirtió hoy que la crisis en Islandia tras la renuncia la semana pasada del primer ministro, Sigmundur David Gunnlaugsson, aumenta la inseguridad sobre su política macroeconómica.

Gunllaugsson se vio forzado a dimitir por su vinculación con los llamados papeles de Panamá.

La dimisión del jefe del Ejecutivo de centroderecha no tiene en sí misma implicaciones para la calificación de la deuda soberana de Islandia, que se mantiene en «BBB /estable», pero hace crecer la incertidumbre sobre la línea futura en macroeconomía en un momento en que se están formando «desequilibrios internos», explicó Fitch.

El adelanto de las elecciones generales al próximo otoño podría contribuir a una mayor inseguridad «si persiste el nivel de descontento popular reflejado en las recientes protestas en Reikiavik», señaló la agencia.

Fitch considera que las medidas de expansión fiscal incluidas en los presupuestos de este año incrementan la presión sobre la inflación y superan el crecimiento de la producción, lo que puede llevar a un recalentamiento de la economía.

Otro indicador del grado de imprevisibilidad política es que los sondeos sitúen como favorito al Partido Pirata, una fuerza creada en 2012 y cuya línea en economía no ha sido revelada en detalle, sostiene Fitch.

La agencia de medición considera no obstante previsible la política a corto plazo del Gobierno y recordó que tanto el Banco Central como el ministro de Finanzas reiteraron la semana pasada que seguirían adelante con los planes para levantar los controles de capitales introducidos tras la crisis de 2008.

Las revelaciones periodísticas que involucraban a Sigmundur David Gunnlaugsson con una sociedad en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas provocaron una oleada de protestas y una crisis política que culminó con su renuncia al cargo.

La coalición centrista-conservadora entre el Partido Progresista y el Partido de la Independencia acordó seguir en el poder con el hasta entonces titular de Agricultura, Sigurdur Ingi Jóhannsson, como primer ministro.

El nuevo Gobierno tuvo que afrontar al día siguiente una moción de censura en el Parlamento, que superó por 38 votos contra 25. EFE

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