La Fundación Escuela Internacional de Cocina de Valladolid, aperitivo para el cambio del sector
ICAL
La Fundación Escuela Internacional de Cocina dio hoy su primeros pasos con el objetivo de ser “motor de cambio” en el vino y la gastronomía a nivel europeo e iberoamericano, mercados en los que la nueva entidad pretende posicionarse y en los que se “busca la excelencia a través del talento y la formación”.
Al acto, celebrado en la Escuela Internacional de Cocina, en Valladolid, asistieron más de 150 representantes del tejido empresarial, administraciones públicas, como el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas, así como patronos y colaboradores. El reto es convertir a la Escuela en “el centro de referencia en vino y gastronomía del sur de Europa y los países latinoamericanos”, según sostuvo el presidente de la Cámara de Comercio, Víctor Caramanzana, quien aclaró que la Fundación “pilotará” la Escuela, que será una pata más de su gestión.
“Vamos a crear y fidelizar talento para las empresas de todo el sector, tanto de Valladolid como de Castilla y León, para que puedan hacer que todas las empresas de este entorno sean más competitivas”, comentó, para añadir que esta Fundación “da cabida a toda la sociedad civil, a las empresas e instituciones”. Por el momento, ya cuenta con un consejo asesor integrado por las universidades, empresas y una serie de patrocinadores y colaboradores, como Acor o la Fundación Mahou, entre ellos.
En todo caso, dijo, la puerta está abierta a la incorporación de nuevas iniciativas “para que todo el mundo que quiera estar, esté”. “Lo que queremos conseguir a través de la formación es crear talento y que este talento haga más competitivas a todas empresas del sector turístico, gastronómico y enológico de Castilla y León”, incidió.
En el marco de esa formación, Caramanzana aseguró que “prácticamente se ha reescrito” porque todo el modelo anterior “se va a cambiar”. Como ejemplos mencionó el WSET 2 y 3, que es el “paso para ser un master wine”, un formación que en Castilla y León no existía. De hecho, presumió de que “hay muy pocos sitios en Europa donde se imparte y va a estar aquí”.
A ellas añadió otro tipo de formaciones que se canalizarán a través de la transformación digital e inteligencia artificial, competencias que podrán tener estos cursos. “Esto es importante porque la transformación de las empresas viene por esta tecnología, sobre todo por la inteligencia artificial, en la que la Cámara lleva trabajando más de tres años, posicionando en esta nueva tecnología a las bodegas, a toda la gastronomía y a todos los procesos que tenemos, que van a ser importantes”, sostuvo.
También destacó que la Fundación “no será solo formación”, sino un “hub de experimentación e innovación para las empresas, para desarrollar productos nuevos”, además de para aquellos “amantes del vino y de la gastronomía que quieran formarse en cursos de especialistas durante el fin de semana o por las tardes, aprovechando el patrimonio culinario y de vino que hay en Valladolid y en Castilla León”.
“La Escuela es una herramienta que va a utilizar la Fundación para hacer todo esto: formación en excelencia, creación de talento, fidelización del talento para las empresas, creación de nuevos productos…”, apuntó, en una apuesta que “se transformará en un espacio que conjuga la tradición y la cultura con la vanguardia, con respeto al legado del patrimonio y la pasión por la innovación.
Puesta de largo
El acto, conducido por la influencer María Girón y la sumiller Julio Barrio, contó con la presencia de los cocineros con estrella Michelin Víctor Martín, Luis Alberto Lera y Adrián García, que junto a Óscar Herrero y Raúl del Moral, chefs docentes de la Escuela, elaboraron un cóctel para los asistentes.
La Fundación es una realidad gracias al compromiso del Pleno de la Cámara de Valladolid y del Consejo Asesor, en el que delegó la puesta en marcha del plan estratégico, y que ha contado con la presencia, entre otros, de Bodegas Protos, Bodegas De Alberto, Universidad Europea Miguel de Cervantes, Universidad de Valladolid, Asociación Provincial de Empresarios de la Hostelería, CaixaBank, Michelin y Garrigues. Cuenta con el respaldo de la Junta, el Ayuntamiento de Valladolid y la Diputación Provincial, y entre sus patronos y colaboradores con Acor, Fundación Mahou, UEMC y Abadía Retuerta, cuyo CEO, Enrique Valero, ensalzó esta fecha, “no solo por lo que se celebra, sino por todo lo que se ha trabajado antes”. “Creemos que la hostelería y la hospitalidad necesitan una formación de calidad y dignificar la profesión, además de generar confianza en nosotros mismos y poner en valor todos los productos que Castilla y León y España pueden ofrecer a un turista cada vez más exigente”, señaló Valero.
Igualmente, añadió que “esto va mucho más allá de una propia mercantil” a la hora de vender un curso, ya que “tienes que crear una cosa que es mucho más importante y que es uno de los puntos fuertes de España, que es una cultura de excelencia”. “El turismo necesita de grandes profesionales. Nosotros estamos trabajando cuando los demás están disfrutando o divirtiéndose, y eso hay que hacerlo con mucha proximidad, con mucho entusiasmo. No es solo hacer un curso, sino crear una cultura, que en Valladolid es mejorable, aunque “está ya muy bien”.
En este punto, apostó por que esta Fundación “sea punta de lanza” y “tenga esa visión más generosa y de largo plazo”, más allá de la propia escuela.
Valero expuso que para atender a un cliente “cada vez más exigente primero hay que conocer el producto, hay que saber atender y hacer disfrutar a los demás”, una cuestión que “también hay que estudiar”.
Con la creación de la Fundación, apeló, “se pone una primera semilla” y se “da forma jurídica para atraer” al profesorado y alumnos. “Se trata de ir creando comunidad, ecosistemas de colaboración entre los que reciben e imparten la formación. Y eso es lo que genera el prestigio de la formación de la Escuela”, comentó el CEO de Abadía Retuerta, quien concluyó que “ese prestigio llama a obtener fondos, más que salir a buscarlos”. “Con lo cual, lo importante es sentar unas bases sólidas de esa excelencia y de esa cultura para que luego, tanto las instituciones públicas y privadas, quieran colaborar. Pero creo que es mucho más importante que esa formación sea de calidad y que luego atraiga a otras fórmulas”, finalizó.