La educación, un sector atractivo para los inversores, según Bankinter

Empieza septiembre y con la vuelta al cole, llega el momento de comprar el material escolar, conseguir los libros de las asignaturas y también. El gasto global en educación se dispara a 7,3 trillones en 2025, según el último informe publicado por el banco Bankinter.

En concreto, los datos indican que el crecimiento del sector de la educación va a crecer exponencialmente durante el año 2025, por lo que invertir en educación puede ser una buena idea, según Bankinter. Su demanda creciente lo convierte en una tendencia de inversión interesante para el desarrollo de la sociedad.

La educación solo supone un 5% en el mercado de renta variable, por lo que se prevé un crecimiento. Por un lado, la matriculación en la enseñanza primaria en los países en desarrollo ha alcanzado el 91%. A su vez, las nuevas tecnología impulsan un crecimiento anual del 16% en educación.

Motivos por los que invertir en educación, según Bankinter

Una de las principales razones por las que invertir en educación se debe a que la clase media de los países emergentes crece. Y con ella crece el deseo de ofrecer a sus hijos una mejor formación que la que ellos recibieron. Un deseo natural que se traducirá en un aumento del gasto en educación por parte de las familias que forman esa nueva clase media. Una tendencia que ya se está experimentando en China y que se espera continúe en países como India.

El entorno laboral es cada vez más competitivo. Es en ese entorno en donde la educación juega un papel clave. Los cambios que se han producido en la sociedad y, sobre todo, los que están por venir, obligan a una formación continua que permita adquirir nuevas habilidades con las que adaptarse a las también nuevas funciones que la sociedad demanda.

Por otro lado, la educación es un sector que cuenta con una pérdida estimada de más de 1.500 millones de puestos de trabajo, por lo que invertir en este sector puede ser importante para mantener estos puestos. La transición ecológica, la digitalización o la automatización de los procesos obliga a una transformación y formación que permita a la población trabajadora continuar en el mercado laboral.