Moody’s mantiene a Gestamp en bono basura
La agencia de medición de riesgos Moody’s ha cambiado de estable a positiva la perspectiva de la calificación de la deuda del proveedor de componentes de automoción Gestamp, aunque la mantiene en Ba3, dentro del grado especulativo (bono basura).
En julio de 2021 Moody’s mejoró la calificación de la deuda de la compañía, que pasó de B1 a Ba3.
Según ha informado este lunes el servicio de inversión de la firma, el cambio de la perspectiva de estable a positiva se debe al sólido crecimiento orgánico y de las ganancias de Gestamp, así como a la mejora en la generación de efectivos en la primera mitad de 2023.
Moody’s ha destacado el incremento interanual de las ventas netas reportadas en el periodo, así como el aumento del resultado bruto de explotación (ebitda) reportado a 700 millones de euros y a la vuelta del flujo de caja libre (FCF) a positivo con 30 millones de euros.
No obstante, el ajustado por Moody’s (después de dividendos, pagos de arrendamiento y cambio en cuentas por cobrar factorizadas) se mantuvo negativo en alrededor de 70 millones de euros.
También subraya la reducción de la deuda sobre el ebitda ajustado en los últimos doce meses hasta junio de 2023, que pasó de 4,2 veces a finales de 2022 a 3,3 veces al finalizar la primera mitad de 2023.
Moody’s espera que el apalancamiento de Gestamp se reduzca para mejorar la nota
Moody’s espera que el apalancamiento de Gestamp se reduzca a 3 veces para finales de 2023, lo que podría mejorar su nota a Ba2.
No obstante, ve factores que pueden restringir esa evolución, como la dependencia del grupo del carácter cíclico de la producción de vehículos ligeros, la rentabilidad promedio o la expectativa de Moody’s de que en 2023 se desacelere el crecimiento económico, persista la inflación y haya unos mayores costes de financiación que reduzcan la demanda de vehículos en los próximos trimestres.
La agencia de medición de riesgos dice que podría subir la calificación de Gestamp, si se fortaleciera más su margen ebitda ajustado y se mantuviera por encima del 6 %, y la deuda ajustada/ebitda se redujera por debajo de 3,5 veces de manera sostenida.
Sin embargo, consideraría rebajar la calificación, si el margen ebitda ajustado cayera por debajo del 5 %, la deuda bruta ajustada/ebitda superara las 4 veces, el flujo de caja libre se volviera negativo y la liquidez se comenzara a debilitar.