S&P sube el ‘rating’ de Repsol a aprobado alto por primera vez desde 2006
La agencia S&P Global ha mejorado este miércoles la calificación crediticia o «rating» a largo plazo de Repsol en un escalón, pasando a «BBB+» o aprobado alto por primera vez desde 2006, y ha situado su perspectiva en «estable» dadas las condiciones de mercado para los próximos meses.
S&P Global, que además ha confirmado la calificación a corto plazo en «A-2», sostiene que la combinación de unos fuertes precios de los hidrocarburos con operaciones que han mejorado el balance y unas políticas financieras «prudentes», han ayudado a la petrolera a fortalecer sus medidas crediticias.
A finales de febrero, la agencia ya abrió la puerta a elevar el «rating» de Repsol, entonces en «BBB» o aprobado con perspectiva positiva, y destacó los «sólidos resultados» obtenidos en 2021, con el apoyo de los precios del petróleo y la mejora de los márgenes de refino, lo que contribuyó a reducir la deuda.
Ahora, la calificación crediticia de la multinacional española regresa al aprobado alto por primera vez en 16 años, y lo hace con perspectiva «estable», ya que S&P Global prevé que la situación de mercado siga siendo favorable para la mayor parte de las empresas energéticas en los próximos 12-18 meses.
Este panorama ayudaría a Repsol a reducir su deuda neta «aún más» y a fortalecer su balance antes de que los mercados se debiliten, apunta la agencia.
En su informe, fechado este miércoles, S&P Global sostiene que los precios de los hidrocarburos «han mejorado el perfil de riesgo» de la petrolera.
No obstante, tras un 2022 «excepcional» en el que los hidrocarburos alcanzarán «su punto máximo», la agencia prevé una caída de los precios para 2023, y que los márgenes de refino «muy altos» comiencen a normalizarse.
Eso sí, los niveles de los últimos meses ya han dejado unos flujos de efectivo mucho más elevados para Repsol de lo que vaticinaba, al igual que ha sucedido con otras empresas del sector.
De cara al futuro, S&P Global cree que el impacto del posible impuesto a las ganancias extraordinarias de las grandes energéticas y de las consecuencias del derrame de petróleo en Perú a principios de año será «manejable».
Aún considerando estas salidas de efectivo de carácter excepcional, la agencia considera que la compañía puede mantener su ratio de fondos de operaciones (FFO) sobre deuda por encima del 50 % al final del ciclo.