Festín en la banca en Wall Street: Trump elimina parte de la regulación
El presidente de EEUU, Donald Trump, vuelve a cumplir con otra de sus promesas electorales y dispara a la banca norteamericana. Este viernes ha comenzado a dar marcha atrás a la ley regulatoria sobre la banca, impuesta por Obama, y que ha dañado al sector financiero.
Trump cumple así con otra de sus promesas electorales, la eliminación de la ley Dodd-Frank, cuyo fin era elevar la regulación y la supervisión sobre las grandes entidades financieras y evitar decisiones arriesgadas que derivaron en la crisis que estalló en 2008, la más profunda que ha vivido EEUU en ocho décadas.
Los inversores en Wall Street se han lanzado a comprar títulos bancarios y entidades financieras. Goldman Sachs se dispara un 4%, mientras que Morgan Stanley sube un 6%, Visa recupera otro 5%, mientras Citigroup suma un 3%, casi el mismo porcentaje que JP Morgan. Bank of America asciende un 2,5%, mientras que Wells Fargo, American Express y Bank of New York Mellon suben un 2%.
Con esta ley se exigió a los bancos separar su negocio tradicional de la banca de inversión. Con esta norma se creó un Consejo de Supervisión de estabilidad financiera con responsabilidades relevantes, como las de identificar y responder a riesgos emergentes en todo el sistema financiero, asesorar a la Reserva Federal en la identificación de entidades cuya quiebra podría suponer una amenaza para la estabilidad financiera (debido a la combinación de tamaño, nivel de endeudamiento e interconexión) y facilitar el intercambio de información y la coordinación.
«La ley Dodd-Frank es una política desastrosa»
«Necesitamos desesperadamente reformar la manera de enfrentarnos a la regulación financiera (…). La ley Dodd-Frank es una política desastrosa que está entorpeciendo los mercados y reduciendo la disponibilidad de crédito», aseguró el portavoz presidencial, Sean Spicer, en su rueda de prensa diaria.
Trump rubricó los decretos en el despacho oval después de reunirse con destacados líderes empresariales como el consejero delegado de JP Morgan, Jamie Dimon; la consejera de General Motors, Mary Barra; y el consejero de General Electric, Jack Welch, entre otros.
Al comienzo de la reunión, el presidente estadounidense criticó que «hay mucha gente que tiene buenos negocios y no puede pedir dinero prestado debido a las normas y regulaciones de Dodd-Frank«.
La primera de las órdenes firmadas por Trump urge a una revisión integral de esta ley, algo defendido por parte del sector financiero; mientras que la segunda analiza cómo revertir una norma que fija las condiciones de inversión de los planes de pensión de los trabajadores.
Para llevar a cabo la revocación de la reforma financiera, no obstante, el presidente estadounidense necesita el respaldo del Congreso, para lo que buscará la ayuda de la mayoría republicana (su partido) en ambas cámaras.
La ley Dodd-Frank exige fuertes requerimientos de capital
La regulación obligaba a todas las firmas que suponen un riesgo para el sistema financiero a sujetarse a requerimientos de capital más fuertes y a otros estándares prudenciales que serán más elevados en el caso de firmas interconectadas.
La reforma financiera requerirá, por primera vez, que los asesores de hedge funds (y otros fondos de activos) se registren en la SEC y estén sujetos a la obligación de facilitar información acerca de sus operaciones y carteras en cuanto ésta sea necesaria para evaluar el riesgo sistémico. La nueva Ley también crea la “Office of Financial Research” en el Tesoro cuyo personal estará formado por expertos con conocimientos altamente sofisticados que apoyarán el trabajo del Consejo recopilando datos financieros y llevando a cabo análisis económicos.