Nuevos desafíos
La presión empieza a ser agobiante, pero nada por lo que no hayamos pasado ya otras veces. Cinco caídas consecutivas, salvando la del pasado miércoles son demasiadas para creer que el problema se va a resolver en unos cuantos días o semanas y, que, por tanto, lo más sabio es comprar acciones. Las caídas en la bolsa no van a ser el pan nuestro de cada día, porque de todas se sale, aunque sea tocado, pero hay que estar preparados para ver a los mercados y a las bolsas todavía más abajo. Que quiere demostrar sus habilidades, su agilidad como inversor avispado que saca petróleo en la peor de la situación: ¿Quiénes somos nosotros para llevarle la contraria? Pero tampoco conviene olvidar que, en el pánico, los únicos que ganan son los primeros en haber salido, por tanto, es muy difícil recomendar comprar o vender un determinado valor o activo en el entorno actual. El movimiento sigue siendo muy violento y posiblemente muy profundo. ¿Pueden hacer algo realmente los bancos centrales en esta situación?
Si nos atenemos a lo que se dice y habla en las radios, televisiones, internet y demás, el riesgo de propagación y pandemia es tan real como elevado y, a estas alturas, además de que a uno le entran los siete males viendo como baja el patrimonio y la cuenta corriente, uno ya no se sabe si podrá salir este domingo a tomarse unas cañas con los amigos. De lo que no cabe duda es de que, si todo el mundo se apunta al bando del pesimismo, por mucho sentido común que haya, lleva las de perder porque la recesión la vamos a provocar nosotros solitos.
Al mismo tiempo, tenga cuidado con todas esas gangas y chollos que está dejando el coronavirus. Esos mismos gestores que se labraron una leyenda evitando crisis como las puntocom, o que consideran un sacrilegio comprar compañías con PER 30 están quemando en estos momentos todas sus naves aprovechando el atractivo de los precios para maquillar otras operaciones calamitosas ante sus maltrechos clientes.
El entorno no es muy favorable para meterse en muchos líos, quien tiene liquidez tiene un tesoro y hasta que no venga un ser supremo y nos diga lo contrario: esto no tiene nada que ver con el petardazo del sector tecnológico. No vayamos ahora a mezclar churras con merinas.