Un descanso ahora que se puede
No es que de repente el mercado haya perdido la confianza o tenga dudas con las vacunas pero tras la euforia llega el momento de volver a poner los pies en el suelo y, más que tierra, lo que tenemos bajo nuestros pies son arenas movedizas porque la pandemia no se frena y hay que recalibrar lo ilusionante y esperanzador del anuncio de Pfizer y Moderna con los próximos trimestre, que van a ser los más difíciles de nuestras vidas.
El mercado va a seguir reaccionando con furia ante cualquier noticia negativa o positiva porque intenta ir varios pasos por delante para anticiparse y descontarlo todo en cuestión de milisegundos y, eso lo que nos dice es que seguimos siendo vulnerables a las correcciones pero siempre es mejor debatir sobre la conveniencia de ajustar las carteras o de si hay que invertir la liquidez que tenemos disponible que tener que desempolvar el manual sobre como proteger a cara de perro nuestro patrimonio.
Algunos dirán que el mercado se ha dejado engatusar por el presunto hallazgo del Santo Grial y otros, en cambio, están convencidos de que vamos a salir mejor que el primo de zumosol y lo más probable es que todos estos se equivoquen. Si lleva varios días con la oreja pegada a la radio económica y a esta casa sabe que dependiendo de quien hable en un determinado momento el Ibex va a arrasar por arriba o se va a quedar con un palmo de narices tras la fuerte subida de los últimos ocho días. Un asunto que llevado a la gran pantalla es hablar y, estoy convencido de que a algunos todo esto les mata de aburrimiento, del growth y del valeu.
Ese debate es ahora mismo como el número uno de la lista de los 40 principales pero hay que recordar que también se puede escuchar y tomar nota sin tener que hacer mudanza o cambiar todos los cromos con los que nos ha ido bien por otros que no hubiésemos elegido con o sin pandemia. Usted y yo nos libramos porque hacemos lo que queremos con nuestro dinero pero hay quien sí tiene que poner el dinero a trabajar y estamos en uno de esos momentos en los que si estos gestores se equivocan no pasa nada si los demás también se equivocan. Nadie está obligado a hacer nada que no quiera o que no entienda.
Aquí todo está permitido. Se pueden mezclar e incluso combinar unas cosas y otras. Lo que no se puede hacer es tirar alegremente el dinero por corazonadas o porque un día alguien dijo que escuchó en no sé que programa de radio que esa empresa de ahí sería un el mejor plan para la jubilación.