¿A todo gas?

¿A todo gas?

Rafael Jiménez
17 septiembre, 2021
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Actualizado: 17 septiembre, 2021 23:41
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Llega septiembre y la movilidad vuelve a atraer todas las miradas. La semana que la conmemora, hasta el 22 de septiembre, viene marcada por alguna de las constantes que están construyendo ese cambio de paradigma del que tanto hablamos pero que está tardando más en producirse de lo que le gustaría a nuestro planeta.

Más allá de cuestiones concretas que atenazan ahora a la automoción, como la escasez de chips, el caso es que, Perte sectorial de por medio y  con la determinación de administraciones, marcas y usuarios, lo eléctrico, tan mentado últimamente por su precio, se impone en todas las facetas de esa movilidad que, no nos engañemos, llega más allá de las cuatro ruedas.

Porque el problema no pasa únicamente por el combustible que utilizan nuestros vehículos. Esa es apenas una de las derivadas, la más importante, lo reconozco. por sus efectos en el calentamiento global, pero que no debe eclipsar otros problemas que afectan a este ámbito. Sobre todo en las grandes ciudades y conurbaciones en las que es cada vez más complicado que las infraestructuras, por más que crezcan, nunca son suficientes. Y eso redunda en el bloqueo de esas localidades, en pérdidas de productividad y, sobre todo, de calidad de vida para millones de personas.

Por eso, además de pedir a los urbanistas que vayan haciendo evolucionar los lugares en los que vivimos hacia unos parámetros menos hostiles y más vivibles, creo que cada vez cobra más protagonismo la micromovilidad, que no es nueva pero que sigue en pañales y tiene que vivir todavía uno o dos empujones para que se convierta en la alternativa que realmente puede ser. Los ciudadanos están cada vez más dispuestos a asumirla como una alternativa válida, pero tienen demandas. Más y mejor regulación, una apuesta decidida entre nuestros gobernantes, vías seguras, más pedagogía para los que los usan y para los que conviven con ellos.

Todo esto, unido a la clara apuesta tecnológica que están haciendo las marcas y que explora todos los ámbitos de la conducción autónoma, la inteligencia artificial, el trabajo en remoto, la mentalidad de economía circular, de vehículo compartido, de pago por uso en lugar de propiedad, de adaptación de los seguros a estas novedades, dibuja un panorama en el que, si me permiten la analogía, esa micromovilidad que vivimos ahora, con todo lo atractiva que es, podría compararse apenas a aquellos grandes y toscos Motorola y Alcatel con los que teníamos, a finales de los noventa, las primera experiencias con teléfonos móviles…, imaginémonos qué será de esta micromovilidad cuando de aquellos «zapatófonos» pase a tener el nivel equivalente al de los smartphone.

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