Senderos espaƱoles
Transcurridos holgados los primeros 12 meses del nuevo Gobierno social comunista en EspaƱa, con apoyos parlamentarios de independentistas vascos y catalanes, las perspectivas electorales son relativamente estables, hasta mayo 2023 cuando se celebren elecciones autonómicas y municipales. Estabilidad indudablemente no exenta de riesgos dado el largo nĆŗmero de partidos que componen la necesaria mayorĆa parlamentaria, las diferencias de programas dentro incluso del Gobierno, los temas tan difĆciles que se podrĆan plantear, como un referĆ©ndum sobre la independencia de CataluƱa, que al margen de sus implicaciones legales tendrĆa unas innegables consecuencias polĆticas para toda EspaƱa. En estos 14 meses se han celebrado tres elecciones autonómicas que han dado resultados continuistas para los correspondientes Gobiernos. Todas ellas con participaciones menguadas, que podrĆan estar ligadas a la pandemia pero tambiĆ©n a un creciente escepticismo del electorado. Parece que el previsible desgaste de los gobernantes durante un aƱo de restricciones sociales y pandemia no se ha materializado. Antes al contrario han resultado las oposiciones las perdedoras tanto en Galicia, en el PaĆs Vasco como en CataluƱa.
En esta Ćŗltima se ha producido un notable cambio en el partido mĆ”s votado, a favor del Partido Socialista de CataluƱa desde Ciudadanos, ganador hace 3 aƱos. Esta vez han sido los primeros los triunfadores al ser capaces de mantener sus votos frente a una caĆda generalizada para los demĆ”s respecto a diciembre 2017. Sin embargo parece mĆ”s que posible la designacion parlamentaria de otro Gobierno exclusivamente independentista, radical tanto polĆtica como socialmente. AsĆ a diferencia de Galicia y el PaĆs Vasco donde la continuidad supone estabilidad con Gobiernos orientados hacia la gestión, en CataluƱa se mantendrĆ” un alto grado de tensión hacia dentro y hacia fuera, acompaƱado de un acelerado deterioro económico, lo que dada las dependencias parlamentarias del Gobierno Central se puede trasladar al conjunto de EspaƱa.
Hasta ahora la gestión de la pandemia y sus consecuencias humanas, sociales y económicas sitĆŗan a EspaƱa a la cola de los paĆses desarrollados , sin que el Gobierno de Pedro SĆ”nchez parezca resentirse en expectativas de voto, tampoco desde luego crecer. Este impasse sĆ parece afectar al primer partido de la oposición, el Partido Popular, frenado a su derecha y a su izquierda, al que los mĆ”s que previsibles resultados de CataluƱa parecen haber cogido por sorpresa. AdemĆ”s el cruce de la barrera de 4 millones de parados, con casi un millón mĆ”s en ERTE, no estĆ” todavĆa produciendo el habitual desgaste a quien gobierna , como si sucedió en 1996,2011 y 2016. Es cierto por desgracia , que la evolución económica espaƱola estĆ” llena de riesgos, el mayor quedarnos rezagados en la recuperación con respecto a la zona euro, a su vez retrasada con respecto a otras economĆas. En cierto sentido el deterioro catalĆ”n puede extenderse al conjunto, con un Parlamento Nacional incapaz de promover las reformas que generen crecimiento, lo que resultarĆa en unos ā deterioros permanentesā como ha puesto de relieve recientemente el Gobernador del Banco de EspaƱa.
AdemĆ”s la apatĆa polĆtica del electorado puede indicar una pĆ©rdida de expectativas muy negativa para promover la inversión y el empleo. La distintas mayorĆas parlamentarias interpretarĆan equivocadamente este continuismo como aquiescencia que les lleve a proseguir en la inacción con los grandes asuntos: empleo, inversión, educación, seguridad juridica. Como ejemplos, la continua reducción de la productividad del sector pĆŗblico, cada vez mejor pagado respecto al privado y trabajando menos, que contrasta con el constante aumento de productividad en el sector privado. O la presión en la bĆŗsqueda de ingresos fiscales provenientes de una actividad empresarial inmersa en una histórica crisis de demanda . La confianza mesiĆ”nica en los fondos de Reconstrucción Europeos contrasta con la ausencia de concreción en la mecĆ”nica de su utilización. No resulta aventurado presagiar una combinación de apatĆa polĆtica y de desconfianza económica que se retroalimentarĆan peligrosamente. La ruptura de ese bloqueo en una democracia acrecienta las posibilidades del crecimiento de fuerzas radicales y populistas. Todo ello muy alejado del centrismo y la moderación que han dado tan buenos resultados en los Ćŗltimos decenios a la sociedad espaƱola.