Ricardo Comín, director comercial de VontoBel para Iberia, en una entrevista reciente en Capital Intereconomía , explicó la relevancia del reglamento SFDR (Sustainable Finance Disclosure Regulation), una normativa que unifica criterios para evaluar y reportar el impacto ambiental, social y de gobernanza (ESG) en el sector financiero. Este reglamento, diseñado para aumentar la transparencia y evitar el «greenwashing», obliga a las gestoras de activos y entidades financieras a cumplir estándares específicos y a reportar el impacto real de sus inversiones sostenibles.
Comín destacó que el SFDR establece categorías para los fondos, como los de artículo 9, considerados sostenibles por tener objetivos de impacto medibles, y los de artículo 8, que integran criterios ESG pero sin objetivos específicos de sostenibilidad. Las gestoras deben ajustar sus estrategias para alinearse con estas regulaciones, lo que ha generado retos significativos, incluyendo la necesidad de reevaluar sus carteras.
El directivo señaló que la normativa también impacta a otros actores, como aseguradoras y bancos, exigiendo que identifiquen y comuniquen los riesgos asociados a la sostenibilidad en sus actividades. Además, subrayó que la creciente demanda de bonos verdes, instrumentos de deuda destinados a financiar proyectos sostenibles, refleja el interés en estos activos, a pesar de su oferta limitada.
Sin embargo, Comín criticó que la normativa comenzó por el «tejado», imponiendo exigencias a las gestoras sin que muchas empresas cotizadas adopten estándares claros, lo que dificulta la evaluación objetiva. También mencionó la necesidad de simplificar el marco regulador para facilitar su comprensión y aplicación.
A pesar de los desafíos, el SFDR se perfila como uno de los instrumento clave para fomentar la sostenibilidad financiera, para mejorar también la transparencia y avanzar hacia una economía más verde.