BlackRock se enfrenta a una demanda sobre supuestas prácticas engañosas en sus ASG

BlackRock, el mayor gestor de activos del mundo, se encuentra bajo una investigación legal tras las acusaciones del Fiscal General de Tennessee sobre sus supuestas prácticas engañosas en sus comunicaciones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Según las acusaciones, BlackRock podría haber proporcionado información engañosa a los consumidores sobre sus consideraciones ASG.

Debido a esto, Pomerantz LLP, un bufete de abogados con un historial de importantes recuperaciones de demandas colectivas, ha comenzado una investigación sobre las posibles actividades ilegales de BlackRock. A su vez, este bufete de abogados ha ofrecido asistencia a través de su representante, Danielle Peyton, a las personas que podrían haber sido afectadas por las acciones de BlackRock.

La demanda representa una tensión creciente entre los inversores y las empresas en torno a la transparencia y la autenticidad de los compromisos ASG. A medida que se desarrolla la investigación, podría tener implicaciones más amplias para el sector de la gestión de activos, especialmente en lo que respecta a la forma en que las empresas comunican sus estrategias y objetivos ASG a sus clientes.

BlackRock ya se había enfrentado a problemas anteriores con la ley de Estados Unidos

Anteriormente, la empresa BlackRock ya se había encontrado con problemas similares cuando en el mes de enero los republicanos asumieron el control de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y no estaban a favor de que grandes fondos, como BlackRock, se guiasen por criterios políticos, en este caso la línea ideológica medioambiental que lidera el Partido Demócrata, en sus inversiones.

En 2021, el estado de Texas, gobernado por el republicando Glenn Hegar, publicó una ley para regular “el movimiento ESG –Environmental, Social and Governance’, (ambiental, social y de gobernanza)–. Al amparo de esa ley, que prohibía a las empresas afectadas hacer negocios con el estado del petróleo y gas, se elaboró en agosto de 2022 una lista con 350 empresas entre las que hay numerosas europeas, como UBS, BNP Paribas, Credit Suisse, Danske Bank, Jupiter Fund, Nordea Bank, Schroders, Svenska Handelsbanken y Swedbank, pero también en la que figura el líder mundial Black Rock, todos ellos contrarios y “hostiles” a la industria energética y que siguen los caminos marcados por los ideólogos del cambio climático.