COP29 en Bakú, avances en financiamiento climático y retos pendientes

La Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP29), celebrada en Bakú, Azerbaiyán, marcó avances significativos en áreas clave como el financiamiento climático y la creación de un mercado de carbono. Sin embargo, dejó sin resolver cuestiones críticas que complican el camino hacia una acción climática más efectiva.

Azerbaiyán, un petroestado con una economía centrada en la producción de petróleo, ofreció un contexto particular para la cumbre. Las plataformas petroleras cercanas al recinto fueron un recordatorio de los desafíos de la transición energética global. A pesar de ello, la conferencia logró acuerdos relevantes que apuntan a una mayor cooperación internacional en la lucha contra el cambio climático.

Logros clave: financiamiento y mercado de carbono

Uno de los principales avances fue la implementación del Artículo 6.4 del Acuerdo de París, que regula un mercado internacional de carbono bajo supervisión de Naciones Unidas. Este mecanismo permitirá a países con bajas emisiones vender créditos de carbono a naciones con mayores emisiones, promoviendo inversiones globales estimadas en 250.000 millones de dólares anuales. Aunque faltan detalles técnicos, se prevé que este sistema entre en vigor en 2025.

En cuanto al financiamiento climático, se estableció un Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NOCC) para movilizar al menos 300.000 millones de dólares al año hasta 2035. Este objetivo forma parte de un plan mayor que busca alcanzar 1,3 billones de dólares anuales, con fondos provenientes de fuentes públicas y privadas. Sin embargo, su implementación requiere más negociaciones.

Desafíos y expectativas para la COP30

A pesar de los avances, la COP29 dejó pendientes temas cruciales como la transición justa, la adaptación climática y la eliminación progresiva de combustibles fósiles. Las tensiones políticas y la falta de consenso fueron obstáculos recurrentes.

La próxima COP30, que se celebrará en Belém, Brasil, podría abordar estas brechas. Con su rica biodiversidad y un liderazgo comprometido, se espera que Brasil impulse medidas más ambiciosas para la protección del clima y una financiación más equitativa para los países en desarrollo.