El Banco Mundial recurre a los grandes fondos soberanos para que inviertan en Iberoamérica
La Corporación Financiera Internacional, el brazo inversor del Banco Mundial en el sector privado, pide a los principales fondos soberanos del mundo, reunidos en estos días en Madrid, que inviertan en los países emergentes, en especial en Iberoamérica, por el potencial de la región.
El vicepresidente para Europa y América Latina de la Corporación Financiera Internacional, Alfonso García Mora, señala en un encuentro con EFE la relevancia que han adquirido en las últimas décadas los fondos soberanos como importantes inversores mundiales, si bien los países emergentes no se han beneficiado de esta realidad.
Los fondos soberanos, creados con el dinero de un Estado, especialmente en los países exportadores de petróleo, poseen un volumen de activos de hasta 11,3 billones de dólares, más de 10,6 billones de euros al cambio actual. Esa cantidad equivale a 7,5 veces el PIB español, al 80 % del de la zona euro y a la mitad del PIB estadounidense.
Sin embargo, en 2022 los países emergentes solo atrajeron un 14 % de las nuevas inversiones de los fondos soberanos, 30 puntos porcentuales menos que un año antes, lo que equivale a unos 10.000 millones de dólares, algo que el responsable de la Corporación Financiera Internacional cree que tiene que cambiar.
Los fondos soberanos muestran un interés creciente por las inversiones relacionadas con el desarrollo y, en particular, con el clima
De hecho, García Mora ha añadido que ya se están viendo ejemplos alentadores. Muchos fondos soberanos muestran un interés creciente por las inversiones relacionadas con el desarrollo y, en particular, con el clima.
Prueba de ello también es su invitación a participar, a puerta cerrada, en la reunión anual del Foro Internacional de Fondos Soberanos (IFSWF, por sus siglas en inglés) que se celebra esta semana en Madrid y en la que participan más de 200 representantes de 45 fondos soberanos, inversores institucionales, bancos de desarrollo, empresas y representantes de la Administración española.
Después de tres años marcados por la pandemia y la deuda del sector público, la mayoría de las economías emergentes han tenido que recortar sus inversiones para financiar la transición energética.
Y aunque el capital privado está disponible, aún no fluye hacia los mercados emergentes y las economías en desarrollo a la escala necesaria, argumenta.
Iberoamérica necesita invertir 150.000 millones al año
En el caso concreto de Iberoamérica, García Mora cifra en 150.000 millones de dólares la inversión que la región tendría que llevar a cabo cada año para cumplir los objetivos climáticos y la necesidad de que se destine el 3,8 % del PIB, el doble que ahora, para satisfacer las necesidades existentes en infraestructuras de agua y saneamiento, energía, transporte y telecomunicaciones.
Y aunque la Corporación Financiera Internacional del Banco de España destinó el año pasado la cifra récord de más de 12.000 millones de dólares a América Latina, el principal destino de sus inversiones, García Mora reconoce que ayudaría mucho contar con los fondos soberanos y los inversores institucionales.
Hasta el momento, en su opinión, el principal factor que limita la atracción de capital privado hacia los mercados emergentes es la percepción de los inversores de un alto riesgo, por los riesgos propios de cada país, los monetarios, los regulatorios, de reputación y medioambientales y sociales.
Pero también hay muchas razones objetivas que hacen que los fondos soberanos y los inversores institucionales no tengan en el punto de mira a las economías emergentes como la falta de referencias y datos pertinentes sobre los activos, una presencia y experiencia limitadas en estos mercados o falta de operaciones comercialmente viables.
Los riesgos reales en la región son menores de los que los inversores creen, defiende desde el Banco Mundial
No obstante, desde la experiencia de la Corporación, aunque existen riesgos reales, son mucho menores de lo que los inversores creen. Es más, en palabras de García Mora, «los mercados emergentes pueden ser un gran destino para proyectos rentables de mitigación del cambio climático y generación de energías renovables».
Y este gran potencial a largo plazo, añade, se extiende a muchos otros sectores, como la tecnología, el transporte y las infraestructuras.
Para animar a los fondos soberanos y otros inversores institucionales, la Corporación Financiera Internacional y otras instituciones de desarrollo pueden desempeñar un papel importante para movilizar inversiones y utilizar su conocimiento de los mercados emergentes para superar las limitaciones de cada país.
En el caso concreto de la Corporación Financiera Internacional, la institución puede reunir a diversas partes interesadas, incluidos inversores institucionales, socios locales y otros actores clave, para coinvertir y generar confianza en los mercados emergentes.
Por su parte, en un comunicado, el presidente del Foro Internacional de Fondos Soberanos, Obaid Amrane, se ha mostrado convencido de que las conversaciones de esta edición ayudarán a aumentar la cooperación y sus socios potenciarán su compromiso con la transición energética.