La banca no puede con la mochila en la empinada cuesta de enero

La banca no puede con la mochila en la empinada cuesta de enero

22 enero, 2016
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Actualizado: 22 enero, 2016 0:00
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A la banca le está costando la empinadísima cuesta de enero, y es que la mochila que lleva a hombros lo complica todo aún más. Desde la reestructuración bancaria, que aún no ha terminado, hasta las cláusulas suelo, pasando por la morosidad, la digitalización bancaria o la implantación de nuevas exigencias de capital. Los frentes abiertos del sector son múltiples.

Y es que, como en la mayoría de los casos, no es únicamente un factor el que arrastra al sector, sino un conjunto de hechos. El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea ultima una revisión completa de los activos ponderados por riesgo, es decir, de la parte del balance con el que se calculan los ratios de capital. Según Miguel Ángel Bernal, Secretario General del IEB, Basilea impondrá criterios bastante duros, lo que podría obligar a alguna entidad a hacer ampliaciones de capital: “A los bancos lo que les pasa en estos momentos es que tenemos la llegada de Basilea, que son las normas que tienen que tener sobre los recursos propios, es decir, sobre el capital, en función del tratamiento que se hace de las carteras de créditos hipotecarios (a empresas, familias, etc.) que los bancos conceden. Y todo parece indicar que van a ser criterios muy duros, con lo que puede ser que alguno de los bancos tenga que hacer ampliaciones de capital”.

El sector carece de la confianza de los inversores y las perspectivas económicas mundiales, tampoco ayudan. José García Solanes, Catedrático de Economía de la Universidad de Murcia, cree que “el temor que puede haber para los bancos hasta el punto de predecirse en algunos casos que van a caer más aún de lo que ya están cayendo, algo aparentemente inexplicable, podría ser el hecho de que las perspectivas económicas no son buenas, y cuando esto sucede, la posibilidad de conceder crédito al sector privado, tanto a familias como empresas, decae”.

Y es que, como ha reconocido hoy el presidente del BBVA, Francisco González, en Davos, si la economía global no marcha bien, el sector bancario tampoco. “Necesitamos más capital, hay una gran regulación, y encima hay una actividad económica a nivel global reducida, y los precios están bajando. Son momentos complicados. Es evidente que hay una correlación muy grande entre el sistema financiero y la economía global. Si la economía global van bien, los bancos irán bien, sino la cosa será distinta”, decía el presidente de la entidad.

Para que se hagan una idea, los bancos que cotizan en el Ibex 35 han perdido 59.000 millones en Bolsa desde el pasado 24 de agosto, el famoso Lunes Negro, que hundió las bolsas mundiales ante el temor de que se produjera un frenazo en el crecimiento económico de China.

Pero es que en España, además, se juntan más factores. La elevada exposición a Latinoamérica de los dos grandes bancos, el efecto arrastre de la caída del petróleo en participadas en Repsol como Caixabank o el renovado interés de Banco Santander en comprar la entidad británica Williams & Glyn (glain), que preocupa, y mucho, ya que se descuenta que tendrá que vender activos e incluso podría tener que abordar una ampliación de capital.

Por último, no por ello menos importante, Juan Velarde, Consejero del Tribunal de Cuentas añade el fuerte endeudamiento mundial como lastre para la banca: “El mayor problema del sistema bancario es que atraviesa una situación de endeudamiento fuerte, que es el endeudamiento que hay en el mundo europeo, español, norteaméricano, japonés… Y, claro, con un endeudamiento tan fuerte llega un momento que la capacidad de conseguir fondos para ese endeudamiento acaba siendo limitada, y entonces suben los tipos de interés. Y si suben los tipos de interés, baja la actividad”.

Han sido un cúmulo de circunstancias las que han arrastrado a las bolsas y hundido al sector bancario. Posiblemente se nos escape algo, como explicaba en Cierre de Mercados (Radio Intereconomía) el Catedrático de la Bangor Business School, Santiago Carbó, “si hay algo que se escapa, se nos está escapando a todos”.

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