El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha dicho este martes que una de las lecciones aprendidas del apagón del pasado 28 de abril es que «hay que perseguir esa sostenibilidad, pero sobre todo la competitividad» y que «no podemos cargarnos la competitividad de España y de las empresas a través de una energía o no fiable o intermitente».
Durante su intervención en la segunda edición del Foro Económico y Social del Mediterráneo, impulsado por Prensa Ibérica y Fundación ‘la Caixa’, Bogas ha conversado con el presidente de la patronal estatal CEOE, Antonio Garamendi, sobre la competitividad empresarial y una de las cuestiones a las que se han referido es el apagón eléctrico.
Bogas ha señalado que un «elemento fundamental para la competitividad» de los países es la energía, donde España tiene «los mismos retos» que Europa relativos a la descarbonización, para los que se han elaborado los planes de transición energética.
España «lo ha hecho muy bien y entre 2020 y 2024 ha conseguido rebajar las emisiones», pero en la actualidad hay «un sistema más inflexible, con mucha volatilidad en los precios y con cuellos de botella», ha manifestado.
Por ello, cree que «para seguir siendo competitivos en energía, hay que ser un poco más pragmáticos y perseguir esa sostenibilidad, pero sobre todo la competitividad». «No podemos cargarnos la competitividad de España, Europa, y de las empresas, a través de una energía o no fiable o intermitente, o vaya usted a saber qué precios» porque, aunque se ha hecho la «primera parte», aún queda «camino que recorrer».
El CEO de Endesa, José Bogas, señala que el operador del sistema, Red Eléctrica, de Redeia, es «el responsable de la estructura de transporte en cada momento»
Antes de conocer las conclusiones del informe elaborado por el comité creado por el Gobierno para estudiar las causas del apagón -que apunta a que algunas centrales no absorbieron la tensión debida-, Bogas ha asegurado que el operador del sistema, que en España no es otro que Red Eléctrica, de Redeia, es «el responsable de la estructura de transporte en cada momento».
El 28 de abril, «desde primeras horas de la mañana hay unas tensiones enormes», y tanto Endesa como otras empresas del sector llamaron a Red Eléctrica «bastantes veces» para avisar de que el sistema se gestionaba «con una tensión demasiada alta, que superaba lo normal, no lo crítico», ha recordado.
«Tensiones altas, poca inercia en el sistema y se reduce la interconexión (con Francia), pues el sistema se va», ha aseverado el consejero delegado de la eléctrica.
¿Pudo fallar alguna central? sí, seguro que pudo fallar alguna central, no lo sé. Pero ¿es motivo para decir que la causa del apagón fue que falló una central? no», ha recalcado.
Respecto a la inercia, ha explicado que cuando se cambia de energía síncrona a energía asíncrona (solar y eólica), «se pierde inercia en el sistema», lo que hace que sea «menos flexible, más vulnerable, a no ser que haya almacenamientos, reactancias y otra serie de cosas que es lo que tenemos que desarrollar».
Posponer el cierre de las nucleares
Para Bogas, el apagón «no invalida la transición energética», aunque hay que «poner un poco más de pragmatismo en el desarrollo».
Además, se ha mostrado partidario de «posponer» el cierre de las nucleares, que cree que no tenía sentido antes del apagón, pero que, «con el apagón, queda aún más evidente que eso no se puede hacer».
También el presidente de la CEOE cree que «sería un error que vayan al cierre», y ha recordado que «dentro de poco va a haber 64 plantas nucleares más» en el mundo.
«Lo que se tiene que hacer es un planteamiento de largo plazo», ha reclamado Garamendi, quien ha incidido en las «pérdidas» ocasionadas en las empresas por el apagón, que en el caso del sector químico provocó «días de parada».